Corría el año 1993 y Casio presentaba una novedad dentro de sus modelos digitales: el CPW-200, un modelo con sensor magnético capaz de detectar el norte tomando los datos del campo magnético de la Tierra. No sería el primero: ese año presentó también el CPW-310, que se hizo famoso porque su sensor de orientación (no era nada más ni nada menos que una brújula digital) indicaba la dirección de la Meca. ¿La razón? Para que los creyentes islamistas pudieran rezar. Este reloj fue bautizado como "Prayer Compass" ("brújula de rezo", podría ser la traducción), y poseía el módulo 1044, con una resistencia al agua hasta los 50 metros.
Pero volviendo al CPW-200, llama la atención su aparatosa carcasa y la voluminosa zona del sensor, poco que ver con los de doble o triple sensor de Casio en la actualidad. El reloj era resistente hasta los 100 metros, su número de módulo era el 1286, y poseía todas las características habituales de los Casio de aquél tiempo: alarma, contador de cuenta regresiva, cronógrafo, calendario automático (hasta el 2029)...
