Sí, claro, que los tres son G-Shock, eso tienen en común. Pero ¿aparte de eso? Pues aunque parezca extraño por lo diferentes que son entre sí, estos tres relojes tienen en común al mismo diseñador: Hayato Ikezu. Este diseñador viene del mundo de los ana-digi, y se nota en los afinados detalles de sus dos creaciones anteriores en el AWG-500 (2006) y el GA-300 (2013). Es capaz de pasar del diseño minimalista de los AWG, al caótico diseño steampunk del GA-300, pero lo más asombroso es que ha hecho el más difícil todavía pasando de esos modelos tan diferentes a un reloj que poco tiene que ver con ellos, como es el GW-9400 Rangeman.
Dos de sus modelos, además, han conseguido hacerse con el premio al mejor diseño (Good Design Award), el AWG-500 se lo llevó en el año 2008 (dos años después de salir, y se lo dieron por ser un reloj que mantenía la frescura a pesar de su edad en el mercado), y el último el año pasado, cuando su Rangeman logró entrar en los 100 mejores diseños por su completa tecnología. Obviamente, no llegó al extremo de los relojes A-168, DBC-610 y LA-670, que recibieron ese premio en el año 2011, pero por su vigencia en el mercado ¡durante más de 20 años! Como en aquel año no había una persona física a quien darle el galardón, decidieron dárselo a todo el departamento de diseño de Casio.
Por cierto, que algunas de las otras realizaciones de Hayato Ikezu son los modelos de teléfonos G'Zone. Si de algo te sonaban las líneas rebuscadas del Rageman ya sabes de qué inspiración le vienen.
| Redacción: Zona Casio