Eso dice en palabras difundidas a través del portal especializado en cultura japonesa Nippon. En él, ponen en boca de Kikuo Ibe que la intención al desarrollar el G-Shock fueron los obreros como público objetivo. En el Centro Técnico de Casio en Hamura (que por aquel entonces estaba en obras, recordemos que empezó a construirse en 1979), Ibe vio a unos obreros que trabajaban sin reloj porque, con las vibraciones, sus relojes se destruían (suponemos que eran relojes mecánicos). Así que Ibe pensó: "Seguro que a los obreros les preocupa saber cuándo es la hora de comer y de regresar a casa. Voy a crear un reloj que se pueda utilizar también en la obra. Seguro que habrá un nicho de mercado para esto".
Dice que perseguían el famoso "Triple 10" pero que al final estuvieron a punto de abandonar el proyecto: los relojes no aguantaban caídas de 10 metros, los prototipos no eran capaces ni de lejos de ofrecer pilas de 10 años de duración (Casio no conseguiría este hito hasta finales de los años noventa, en realidad), y tan solo algunos Marlin eran capaces de aguantar 100 metros bajo el agua. En resumen: un desastre.
Tras cien prototipos y otros tantos fracasos, y de intentar proteger con resina el módulo que acababa partiéndose igualmente, decidieron "darle la vuelta a la tortilla": en lugar de "acolchar" el interior, llevar "la goma" que absorbería los golpes al exterior (algo que se le ocurrió, no se cansa Ibe de contar, al ver un niño jugar con una pelota). Esto le sucedió casi con su dimisión en la mano (aunque habrá que ver si realmente lo acabarían despidiendo o no...), y mientras se encontraba de vacaciones. Tras otros dos años más de desarrollo y 200 prototipos, el G-Shock como tal vio la luz en el DW-5000.
Claro que no todo fue un camino de rosas. El G-Shock no funcionó e Ibe dedicó a partir de entonces sus esfuerzos a desarrollar relojes robustos y de calidad pero que fueran asequibles, que era la fuerza de la Casio de entonces. Pero cuando en Estados Unidos comenzaron a hacerse populares, y los japoneses se dieron cuenta que podían pedir por un G-Shock 10.000 yenes y que había clientes que los pagaban sin rechistar, las cosas cambiaron. Y ahora nos encontramos con un modelo de negocio totalmente diferente de aquel, en donde un G-Shock es casi un producto de lujo, y cada vez más cerca de convertirse en marca elitista sólo para unos pocos acaudalados.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Una historia que creo que nunca ha explicado ningún otro medio. Parte de la esencia de G-Shock. Muchas gracias.
ResponderEliminarA ése señor Kikuo le hubiera preguntado si se siente satisfecho con su reloj tres veces más caro que un triple 10 siendo comprado por toda clase de gente, menos obreros. .
ResponderEliminarY te respondería que sí, Aldo, porque a Casio le salió redondo el negocio. Ganan cien veces más con un G-Shock en la mano de un influencer, que con mil F-91 en la mano de mil obreros.
EliminarUn ejemplo es la mascota del Mudman y lo que pone en cada manual de Casio.
ResponderEliminarActualmente los obreros están en vías de extinción jajaja así que Hípster, raperos, transexsuales, ese es el público objetivo, la moda... Menos mal que aún que la línea cMaster of G".