Alien, el octavo pasajero (1979). Dirigida por Ridley Scott, escrita por Dan O'Bannon y basada en un relato corto de O'Bannon y Ronald Shusett.
Reloj: Casio F-100 (1978). Futurista reloj digital modificado (en realidad son dos cajas de reloj pegadas una a la otra) en un "mod" específico para el filme. Lo usa Ellen Ripley (Sigourney Weaver), suboficial y piloto.
Sinopsis: Una nave de transporte interestelar, la "Nostromo", retorna a la tierra llevando una importante carga. Los tripulantes son siete -el capitán, tres pilotos, un oficial científico y dos mecánicos- y viajan en estado de hibernación hasta que la computadora de la nave, "Madre" para los tripulantes, les reanime al llegar a las proximidades de nuestra galaxia. Pero son despertados mucho antes de lo debido porque la computadora registra una llamada inteligente -artificial que les llega desde un pequeño planeta al que se aproximan; según el código interplanetario deben intentar averiguar el origen de la llamada antes de proseguir su viaje de retorno.
Tres tripulantes, entre ellos el propio capitán, descienden en el poco acogedor planeta y descubren una gigantesca nave espacial de procedencia desconocida, aunque evidentemente inhumana; en ella encuentran el enorme esqueleto de su piloto -una especie de lagarto- y en la bodega inmensa una serie de cultivos, algo así como capullos vegetales. Al aproximarse a uno de ellos, un tripulante es asaltado desde el interior del capullo por un extraño ser, con algo de cangrejo y algo de pulpo, que 'se le fija atrozmente al rostro, rompiéndole el casco de oxígeno. Sus dos compañeros le trasladan a la "Nostromo"; la segundo de a bordo, una de las dos mujeres de la tripulación, se resiste a dejarles entrar hasta que no hayan observado las normas de cuarentena, pero el oficial científico les franquea antirreglamentariamente el paso.
El extraño ser adherido al rostro del infortunado terrestre es invulnerable a los sofisticados elementos quirúrgicos de la nave; no puede ser desprendido de su víctima pues ha introducido un tentáculo en la tráquea y parece mantenerla con vida de algún inexplicable modo, mientras que al intentar cortar una de las patas segrega un líquido corrosivo que perfora varios pisos de la "Nostromo". Cuando los tripulantes están sumidos en la mayor confusión sobre el camino a seguir, el cangrejo se desprende como un cascarón vacío del rostro del agredido y éste se reincorpora normalmente a la vida de la nave. Pero la tranquilidad es de corta duración, pues en su interior lleva la espantosa larva de un extraterrestre hostil, que repentinamente desgarra su abdomen para "nacer" en medio de una terrible carnicería.
La bestia se esconde en algún lugar en la enorme nave y todos los tripulantes se dedican a su caza y captura; pero son ellos los que van siendo destruidos por su enemigo, que crece rápidamente hasta alcanzar la altura aproximada de un hombre y revela una agresividad y una capacidad de camuflaje prácticamente ilimitadas.
"Madre" se muestra incapaz de darles indicaciones sobre cómo acabar con el alienígena, hasta que la segundo de a bordo -ya convertida en protagonista de la película- descubre que la verdadera misión de la "N ostromo" era encontrar al extraño ser y traerlo a la tierra, aun sacrificando a toda la tripulación. Otra espeluznante sorpresa: el único que conoce tal misión suicida es el oficial científico, que no es un ser humano sino un androide. La segundo de a bordo está a punto de ser asesinada por el robot, que finalmente es destruido por los últimos tripulantes con vida de la nave: un mecánico negro y las dos mujeres. Cuando ya ha quedado sola frente al mostruo, la segundo de a bordo decide desintegrar la "Nostromo" y huir en un pequeño vehículo auxiliar, llevándose al gato que es mascota de la nave. El alienígena logra refugiarse en la nave auxiliar y hace su aparición cuando la protagonista comienza a desnudarse tranquilamente, creyéndose a salvo: es una de las más bellas escenas tipo "la bella y la bestia" de la historia del cine y "absolutamente moderna", como hubiera querido Rimbaud. Por fin la bestia espacial es exterminada y la hermosa muchacha vuelve a dormir plácidamente su sueño congelado con su gato en brazos rumbo a la tierra... y rumbo a una segunda parte de "Alien", que ya está prácticamente filmada.
Insisto en recordar que en este resumen falta lo más importante: la esplendidez táctil de los plásticos, cromados y acolchados de la "Nostrorno", con sus puertas dentadas abriéndose y cerrándose con ferocidad inexpugnable y con las oscuras lagunas de sus pantallas donde se estremecen luces saltarinas a través de retículas fosforescentes; la portentosa nave "orgánica" del planeta deshabitado, con sus desmesurados pasillos intestinales y el epitelio rojizo de sus paredes cóncavas o con su impresionante bodega-invernadero donde los capullos de monstruo esperan su oportunidad; falta también el alienígena mismo, negro reptil insectiforme con sus dientes de cepo chorreante, la perfección plástica del robot, con su sangre amarillenta y su ira espasmódica. La perfección de cada detalle es lo que en "Alien" da que soñar (como diríamos de otras películas que "dan qué pensar") y aún más da qué sentir, hace palpitar.
(crítica de Fernando Savater en "Cuadernos de cine", 1980, gentileza del Centro Cervantes)
Vaya, vaya. Grata sorpresa la saga de posts que creo que vamos a poder a disfrutar en ZC. Como sugerencia, estaría bien que tuvieran alguna fotografía más, que pudiéramos ver el reloj en acción.
ResponderEliminarGracias Guti. Pues tenía una buena cantidad de fotos, pero esa es tan chula que no quería eclipsarla. Luego si eso te las pongo.
EliminarNo quise decir eso. La foto es genial, una buena cabecera. Además es una imagen que no había visto antes. Sólo sugería además agregar fotogramas de la película, escenas que nos ayuden a recordarla y a ver el reloj en acción.
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