RelojesDeModa.com

12.10.2019

Los relojes frente a otros complementos de moda/vestir/capricho


Cuando uno adquiere un reloj, o cuando uno regala un reloj, ofrece o tiene más que un bello objeto de adorno. Estamos de acuerdo en que, como muchos complementos, un reloj luce. Y bastante. Bien los saben los fabricantes suizos, que los llenan de perlas y los recubren de oro, y dejan bien patente la marca en el frontal, para que el cliente lleve a extremos enfermizos su ego y su soberbia y presuma de él por donde vaya. Pero ya sabéis que aquí no nos gusta mucho hablar de eso, lo que más bien nos fascina y atrae es que con un reloj de resina sencillo, con un simple F-91 o W-59, uno puede sentirse muy cómodo, a gusto, y satisfecho. Contento, en suma. Pocos fabricantes fuera de Casio pueden decir eso, y pueden ofrecer eso, a ese precio.

Cuando uno regala unas gafas de sol, o las compra, es evidente que también le agrada lucirlas, se siente bien con ellas. Pero uso, es decir: básicamente lo que "las aprovechamos", se reduce a cubrirnos los ojos en los días de sol. Si llueve y está nublado o si uno está en casa, nadie en su sano juicio se las pone, aparte de por ser un poco estúpido (dejando de lado que se sufra una enfermedad ocular, claro), no veríamos "un carajo".




También, hace tiempo sobre todo, pero con los encendedores por plasma esto está volviendo a surgir, uno puede regalar un encendedor. Era sobre todo un regalo muy apreciado de las mujeres hacia sus novios/esposos que fumaban. Hoy ocurre mucho con marcas como Zippo, sin ir más lejos. Un encendedor no está mal, pero no puedes quedarte mirándolo alelado por muy atractivo que sea, y honestamente: mejor no lo enciendas mucho, porque te quedarás sin carga. Así que solo "se disfruta" esporádicamente, cuando encendamos un cigarrillo - si es que queda alguien que fume -, o cuando vayamos a prender fuego en cualquier sitio (ni siquiera ya en las iglesias, porque como bien sabéis los lampadarios de velas de cera hace mucho tiempo que desaparecieron de los templos). Recuerdo..., bueno, hace ya bastantes años, algunas iglesias donde entrabas, y en seguida sentías ese penetrante olor del humo en tu nariz, y de la cera consumiéndose, y aquellas filas de velitas sobre sus soportes de hierro forjado, con su cajetilla de cerillas (fósforos, técnicamente), prendiéndose una tras otra. Eso ya no ocurre hoy.

Pero en estos tiempos podemos regalar otras cosas. Pendrives, que se han vuelto muy populares, o power banks, en este caso un regalo apreciadísimo por las féminas. Pero son de esas cosas que lo admiras y disfrutas unos momentos de uso, pero en fin, no es un disfrute constante.


La practicidad es innegable en todos esos elementos, pero para un fin muy específico en un momento muy determinado. Sin embargo el reloj es algo totalmente diferente. Como regalo no tiene solo el valor del objeto en sí, sino que es un artículo que, quien lo usa, puede recurrir a él en todo momento. Aparte de obviamente para ver la hora, en algunos modelos de Casio podemos usar un sin fin de funciones, no solo los habituales temporizadores, cronógrafos y alarmas, sino también sensores, iluminación... E incluso con Bluetooth, usar el reloj cuando usamos el smartphone. Más allá de bonito, es un objeto también práctico y funcional.

Recuerdo el pasaje de una novela que leía, en el cual el protagonista intenta olvidar a su novia, y no puede porque, cada vez que ve la hora, ve el reloj que ella le regaló, y la recuerda a ella. Esto es difícil que ocurra con otros objetos, o que al menos, ocurra de manera tan palpable y tan directa. Un reloj es uno de los pocos objetos que quedan, incluso más que una pulsera o un anillo, en donde la presencia de quien te lo regale se hace siempre evidente y notoria. Y eso, aunque muchas personas no lo tengan en cuenta, los que estamos en el mundillo de la relojería lo sabemos muy bien. Y por lo tanto, y siempre que queremos que una persona nos recuerde, nuestra primera opción es recurrir a un reloj para obsequiarle con él.


| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com

6 comentarios:

  1. Un reloj que me guste es el regalo que más ilusión me haría. No obstante, nadie me los regala porque piensan que "ya tengo muchos"

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    1. Jose Carlos10.12.19

      En realidad no hace falta que sea un reloj que te guste,Stainless, es decir, por el mero hecho de que te lo hayan, se convierte en un reloj especial para ti y te encanta llevarlo. Pero por desgracia, precisamente a los que amamos los relojes es a los que menos relojes nos regalan, porque, como tú bien dices, todos creen que ya tenemos muchos.
      Pd. Sobre el tema de los relojes regalados leí hace tiempo un artículo muy bueno aquí en ZonaCasio.

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  2. Creo que alguien diría que nunca se tienen bastantes, Stainless, jaja

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    1. Jose Carlos10.12.19

      Creo que yo soy uno de los que lo dirían, je je. El cerebro me dice una cosa pero el corazón me dice otra.

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  3. Jose Carlos10.12.19

    Me encantaba el olor a cera quemada al entrar a la iglesia, sobre todo en las pequeñas, que se notaba más.
    Pd. A veces hace falta ser un robot para poder demostrar que no eres un robot, je je.

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