El PRT-B50 no es el único modelo que podríamos denominar como de Core Guard "abierta", otros relojes poseen un diseño parecido, sin ir más lejos, el GA-2100.
Dejando de lado los elitistas MR-G y G-Steel con Core Guard, que podríamos decir "juegan en otra liga", entre esta nueva forma y tecnología constructiva que Casio estrenara para sus G-Shock podríamos distinguir claramente dos variantes.
En una de ellas, a nuestro entender y mucho más eficiente, la parte trasera de la coraza forma una pieza única, y cubre toda la zona posterior. En ella van grabadas todas las leyendas e información del reloj, sobre la misma resina reforzada (sea esta resina con fibra de vidrio, o con fibra de carbono, según el modelo). Aquí la tapa metálica de cierre del reloj (la que posee los tornillos), va oculta en el interior.
En la otra variante, la resina llega alrededor de la parte trasera, pero no la cubre entera, dejando a la vista la placa metálica, que es en donde se graban las leyendas. Los tornillos sujetan, en este caso, ambas piezas. Es parecido a la pieza de plástico de algunos MR-G antiguos, y así se ha construido la Core Guard de los nuevos PRT-B50 , y de los GA-2100.
Ciertamente, cada solución elegida tiene sus pros y sus contras. Los contras principales de las variantes que dejan la placa al aire es que por sus esquinas son más proclives a acumular sociedad y son, además, más difíciles de limpiar, al disponer de tantos recovecos. Eso lleva consigo que tengamos que hacer uso de agua, jabón neutro, y un cepillo de cerdas suaves para realizar una buena limpieza.
En contrapartida, las leyendas, al ir grabadas sobre el metal, es más difícil que se desgasten y son más duraderas.
La otra solución, que cubre toda la parte posterior con la Core Guard, y que encontramos en modelos como los GA-2000 o los GG-B100, tiene muchas virtudes que, a nuestro entender, superan a sus defectos. Por ejemplo, al ponernos el reloj el contacto es mucho más cómodo, sobre todo en clima frío, y no sentimos esa "mordedura" del frío metal sobre la piel. La resina es, en este sentido, un material "caliente", un poco como el titanio.
Otra de sus ventajas es higiénica, ya que al ser una pieza única, es también más fácil de limpiar (al menos, en modelos como los mencionados GG-B100 de Mudmaster). Pero no solo eso, a nivel alérgico tiene una gran virtud, ya que la resina es inerte, y en contacto con la piel no genera reacciones alérgicas como sí puede hacerlo el acero.
Y por último, no se oxida. Aunque ciertamente es difícil que una placa posterior de un buen reloj de metal se oxide, si lo dejamos en un sitio húmedo y con barro o suciedad, puede hacer que sí se oxide.
Entre sus defectos, destacaríamos principalmente que las leyendas escritas en ellas son más frágiles, pueden borrarse con el uso. Pero dado que la zona no entra en contacto directo con la ropa, ni con elementos abrasivos (esta situada en la parte inferior del reloj), este riesgo se reduce enormemente. Además, Casio suele tener en ella las leyendas grabadas de una manera muy firme y a conciencia, por lo que, al facilitar este tipo de grabados -al ser la resina más manejable y dúctil que el acero, en este sentido-, se consigue también que sean muy longevos.
Lo cierto que, entre un diseño y otro (aquí hemos probado ambos), las nueva Core Guard "completas" con trasera íntegras son un gran avance, y una delicia en comodidad. Aunque como siempre, dependerá también de los gustos y preferencias de cada uno.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
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