Estos días estuve escribiendo relatos para El Imperio. En uno de ellos se realizaba una entrevista a la Directora General de la marca de relojes de lujo suiza Eternium. Esta alta ejecutiva decía en la mencionada entrevista que a ellos lo más que les importaba de sus relojes era la exclusividad, y venía a decir que con ello podían vender cualquier modelo de reloj por muy elevado que fuera su precio, y por exóticos que fueran sus materiales.
Esto no es algo que yo haya introducido por casualidad, sino que es algo que he obtenido y aprendido tras leer, seguir y manejar constantemente, o casi constantemente, todo tipo de noticias y notas de prensa del mundo de la relojería mecánica, especialmente de la relojería suiza, pero también de algunas de las firmas relojeras japonesas, con marcas como Grand Seiko, que todos tenemos en mente.
La exclusividad en la relojería mecánica es algo que está en sus genes. De hecho hasta la aparición del Grupo Swatch, y de Nicolas Hayek, el reloj mecánico no se vio como una pieza de adorno solamente para llevar, sino que unía la practicidad con el estatus social. Una persona que podía adquirir un reloj era considerada una persona con un poder adquisitivo superior a la media. El reloj mecánico te daba un cierto aire de altanería. El reloj mecánico en sí mismo era una pieza de ingeniería tan valiosa y tan valorada que poseerlo te hacía diferente al común de los mortales.
El "común de los mortales", en unos tiempos en donde la relojería era un oficio artesanal y muy privilegiado, solamente podía consultar la hora desde su lugar de trabajo, habitualmente en talleres de carpintería, de madera, o en labores agrícolas, mirando el campanario o las torres de las iglesias a distancia.
Hasta la revolución industrial, en donde los procesos de manufactura mejoraron y se automatizaron, esto no empezó a cambiar. Cuando los primeros relojes llegaron a las muñecas de las mujeres (porque los hombres no empezaron a llevar reloj en la muñeca hasta que lo hicieron por puras necesidades bélicas, no por otras causas) los relojes eran un bien escaso y muy valioso. Cuidarlos era, por tanto, esencial para la vida de los hogares, porque solamente el esposo, y en los más afortunados también la esposa, tenían reloj, y eran con los que se guiaban -y fiaban- toda la familia en su vida horaria, aunque bien es cierto que a medida que se hicieron más asequibles los relojes de pared se hicieron también más presentes en los hogares, cobrando también más protagonismo y volviéndose más cotidianos.
Un reloj mecánico, por tanto, era un bien distinguido y altamente valioso. No solamente me refiero con el término de "valioso" al aspecto económico, sino también al aspecto práctico. Era enormemente valioso en todos los sentidos.
Los motivos
Hasta el día de hoy los relojes mecánicos se suelen clasificar, y se suelen distinguir en sus características, por tres aspectos esenciales: uno son los materiales. Cuando el material es más exótico o/y raro, el reloj obviamente es más caro. El segundo componente importante por el que se suelen clasificar los relojes mecánicos es la cantidad de rubíes. Esto ha cambiado con los años, pero siguen teniendo reminiscencias claras del pasado. Cuando los rubíes eran naturales, disponer de un reloj con muchos rubíes significaba haber pagado por él un precio altísimo, no me estoy refiriendo a un precio alto, sino a un precio enormemente elevado. Tal es así que en inglés los rubíes siguen denominándose "joyas", y la cantidad de "joyas" sigue siendo una pista sobre la calidad del reloj, aunque esto haya perdido mucho de su sentido con los años.
La tercera característica que se suele destacar en los relojes mecánicos es la precisión. Obviamente un reloj más preciso quería decir que era un reloj mucho más ajustado, y con piezas mejor acabadas y labradas, sobre todo cuando todo ello dependía del trabajo artesanal; la precisión, aunque no fuera tan importante ir al segundo como ahora, era un valor añadido que daba mucha distinción. Las mejores marcas de relojería, las más caras y elitistas, eran también las más precisas, y lo eran por algo.
Hasta el momento actual estas tres, podríamos llamar, "características básicas" que todos los listados de relojes tanto mecánicos de remonte manual, como automáticos, que solemos consultar, incluyen, se mantienen. Los rubíes han perdido importancia, con la popularización de rubíes artificiales, pero se mantienen. Los materiales también, y obviamente también la precisión.
No es extraño, por lo tanto, que materiales como por ejemplo el platino, la cerámica, o el zafiro, hayan sido destinados inicialmente a los relojes mecánicos, porque es en los relojes mecánicos donde se invierte el mayor dinero y donde van las personas con el mayor poder adquisitivo, que es lo que buscan la mayoría de marcas. La llegada del cuarzo cambió todo esto, y supuso un nuevo paradigma. El reloj mecánico dejó de convertirse en un objeto útil, pasando a ser, sobre todo en estos últimos años, un "artilugio" de moda, adorno, y sobre todo y ante todo volvió a ser un signo de estatus social, de poder y de éxito en la vida.
El reloj mecánico pasó, por tanto, a ser un elemento donde la practicidad decayó radicalmente -porque era mucho mejor, y más útil, el de cuarzo- y empezó a cobrar más valor el convertirse en puro objeto de arte, "el adorno". Hasta tal punto que existen modelos mecánicos, muy caros, que son prácticamente en sí puro adorno, pues carecen incluso de manecillas para indicar hora alguna. Y sin embargo los de cuarzo siguen manteniendo su esencia, aunque bien es cierto que sin triunfar, hay marcas que equivocadamente quieren considerar al cuarzo como un objeto de arte también, y diseñan relojes con tal extravagancia que en un cuarzo no tiene sentido alguno.
Las excusas
Como amante de la relojería en general, a mí siempre me gustaron los relojes mecánicos, sin embargo desde los ocho o nueve años que tuve el primero comencé a descubrir el lado menos "amable" de ellos, por decirlo de alguna forma: la necesidad de ajuste constante, la delicadeza de sus mecanismos, su mantenimiento y su poca utilidad y funcionalidad.
Por desgracia en aquellos años los relojes de cuarzo aún estaban en fase de masificación, y en una aldea bastante remota no era fácil hacerse con uno.
Pocos años después, sin embargo, llegaría a mi muñeca el primer reloj digital, y la cosa cambiaría totalmente.
No voy a cansaros repitiendo aquí las ventajas y bondades de un reloj de cuarzo frente a un mecánico, presumo que los que leen este blog de relojería las conocen de sobra, y tampoco voy a repetir aquello que los cuarzo hicieron posible por fin que todo el mundo pudiera disfrutar de un reloj exacto. Muchos argumentaréis que a día de hoy pueden encontrarse en el mercado relojes mecánicos muy baratos, incluso más que algunos de cuarzo, pero he dicho mecánicos, y precisos, una combinación que, para disfrutarla, como dije al principio, había que disponer de mucho dinero.
Muchos argumentan que llevan un mecánico por ecología, para no dañar el planeta con sus pilas. ¿¡Por ecología!? ¿Por ecología, mientras usan móviles y smartphones a batería? Conozco gente que tienen su Tough-Solar desde hace mas de diez años, ¿cuantas baterías de móviles has tirado a la basura tú desde entonces?
Además, ¿no han oído hablar, los que argumentan eso, de los modelos battery-less de Casio, o de los de pila de gran autonomía? ¿Cómo hablas de ecología tú, que luego usas tu auto hasta para ir a pasear al perro, o que arrojas sin miramientos al medio ambiente envases y bolsas de plástico? ¿De qué me están hablando? No es por ecología: eso es pura y barata excusa.
Si de verdad esas personas vistieran relojes mecánicos por ecología, lo serían en todos los aspectos de su vida: vestirían prendas de origen natural, usarían transporte público, escribirían con estilográfica y se afeitarían con maquinillas clásicas. Qué curioso que algunos solo sean "ecológicos" para mirar la hora, y en el resto de sus quehaceres diarios apuñalen al planeta sin piedad.
¿No te has parado nunca a preguntarte, por qué la mayoría de los que tienen relojes mecánicos, tienen varios? Si fueran útiles, precisos y elegantes, con uno sería más que suficiente, pero ahí los ves por foros y blogs preguntándose qué objeto añadir a su colección, para meter en una caja que dé vueltas y los mueva por ellos porque, tras adquirirlo, son conscientes que ni los van a usar. Los tienen por tener. Los tienen por la necesidad de presumir, acumular y acaparar, sin más ni más. Lo mas grave es que esta es una de esas enfermedades que todos la ven menos ellos. Como quien sufre el síndrome de Diógenes y piensa que cualquiera que entra a su casa le quiere robar, y si le intentas hacer ver lo terrible de su situación te pondrá mil excusas, a cual más irrisoria y esperpéntica que la anterior: "es que yo nunca pude tener nada", "es por si viene una guerra", "es que; es que; es que...". Lo mismo te dirán los acaparadores de mecánicos: "es que yo con mi dinero hago lo que me da la gana", "es que igual voy a una fiesta de etiqueta y claro, no voy a llevar un F-91...". "Es que igual cae un rayo y parte el mundo", sí.
Pocos son consecuentes consigo mismos: "es que soy un vanidoso engreído". Claro, eso asusta tanto que nadie queremos reconocer que lo somos, pero en el fondo -en mayor, o menor medida-, todos lo somos. Yo también.
Dicen los psiquiatras y expertos, que de las toxicomanías y adicciones nadie podrá recuperarse si primero no reconoce su problema. El primer paso es vernos con sinceridad a nosotros mismos, quitarnos esa máscara que nos ponemos al salir a la calle y de cara a los demás, y vernos desnudos en el espejo. Dejar de buscar excusas tipo: "un mecánico es solo un objeto", claro, y la heroína es solo polvo, y el tabaco hojas secas. Con ese tipo de filosofías de reducción a lo absurdo poco se podrá avanzar, quizá el quid sea desprenderse de toda esa pesada carga que llevamos a las espaldas, y dejarla atrás. No la veremos, pero lo ligero que caminaremos nos hará darnos cuenta de las toneladas de porquerías venidas del marketing, caprichos e intereses comerciales, que andábamos arrastrando con nosotros. Empezamos con un reloj para disfrutar, y acabamos con mil modelos cargando nuestras maletas para no saber ni lo que llevamos encima. No es que así no los disfrutemos, es que encima ni los valoramos.
A mí, que me gustaban -y me gustan -mucho los relojes, llegué a un extremo en el cual no podía pasar por una relojería o una tienda web sin comprar uno. Y como de este tipo de vicios uno nunca está curado del todo, ayer mientras llegaba a casa me detuve en una admirando un Calypso con estética Frogman de la nueva colección de Festina. Se me iban los ojos por él. Y mi compañero, que iba a mi lado, y llevaba su Togh-Solar "de la era cretácica" pero funcionando como el primer día, me dijo: "son de niños".
En efecto: son de niños. Ese Viceroy, ese Hamilton, ese Seiko que tanto ansías por comprarte, todos son de niños. Solo un niño sin raciocinio, que se deja llevar por lo primero que ve, haría lo que tú haces. Son de niños.
Y reconozco que hoy día para mí es un alivio visitar webs y ver tiendas y no comprar más relojes. Tranquiliza mucho sentir que se ha ganado una batalla. La guerra nunca se gana, pero es un paso más muy liberador.
Las razones
Resulta curioso que el único material "caro" de un reloj de cuarzo sea el pulido de una minúscula brizna de roca, y unas pocas micras de oro -y cobre- en su circuitería, y con solo eso obtenemos un dispositivo que deja por los suelos a cualquier mecánico.
En sus absurdas creencias, los amantes de la relojería a engranajes y cuerda siguen creyendo que un mecánico es mejor por despertar ciertas zonas nostálgicas en su cerebro, lo mismo que aún hay "retrasados" que piensan que un automóvil sin cambio manual no es un automóvil, o que quien lo conduce no sabe conducir bien (que es lo mismo que presumir de ser mejores pilotos que Carlos Sainz o Fernando Alonso, por ejemplo).
Dentro de su cuadro psicótico creen que un mecánico guarda mucho más arte, sin darse cuenta de que la gran mayoría de esos "mecánico artesanales" que hoy inundan los mercados los hacen los mismos autómatas programables que manejan los brazos robots que hacen los digitales.
Si por ese tipo de gente fuera, seguiríamos teniendo pozos para recoger agua, alumbrándonos con un candil, y arrojando nuestros excrementos a las calles desde las ventanas al grito de "¡agua va!".
Es inútil discutir con alguien que solo tiene como único argumento sus gustos personales y su fijación maniática, porque jamás va a tolerar opinión o pensamiento diferente al suyo. Ahora bien, no quiero entrar en la pugna de enfrentar a un reloj mecánico contra uno de cuarzo, porque el mecánico haría tal ridículo y saldría tan vapuleado, que cualquier cuarzo de dos euros le haría morder el polvo al mejor mecánico de cinco mil. Pero dicho todo esto, vuelvo al principio para dejar clara la razón de por qué siguen existiendo mecánicos.
No es por belleza. No es por ambición. No es por elegancia. Es por vanidad: es porque yo puedo comprarlo, y tú no.
La vanidad, esa grave enfermedad que todo el mundo la ve, menos el que la sufre. Esa dolencia y ese cáncer que hace que los bienes de este planeta, que podrían satisfacer a todos, solo acaben en manos de unos pocos. Sí, no importa de qué ni cómo esté hecho el reloj mecánico, lo que importa es que sea exclusivo, y caro, y siempre habrá un vanidoso queriendo adquirirlo. Por eso siguen esas marcas de renombre disfrutando en sus elegantes cantones suizos de una vida holgada y próspera, bebiendo café en sus mullidos sillones, mientras pasan la tarde aspirando el humo de un puro refinadamente hecho a mano.
Si el dinero mueve el mundo, lo que mueve el rotor de tu mecánico no es tu energía cinética: es tu vanidad.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Pocos artículos he visto que sean capaces de sintetizar con palabras tan llanas algo tan complejo como la relojería mecánica.
ResponderEliminarBueno como adicto a los relojes y también a los mecánicos estoy en general de acuerdo con vuestra exposición. Un reloj mecánico es algo que está superado, pero por ese mismo motivo es atractivo. Sería como si compráramos una bici que cuesta mucho más que un coche porque alcanza los 100 Km/h.
Un coche siempre será más veloz, pero el placer de haber visto desarrollarse la tecnología hasta ese punto, de saber que la mueve nuestro cuerpo y de entender como funciona, hace que muchos estén dispuestos a pagar más por ella que un coche.
Obviamente está también el elemento elitismo en esa ecuación, pero digamos que a muchos nos atraería, aunque comprendemos que en nuestra vida necesitamos también un coche, porque no somos capaces de hacer un viaje largo de 10 horas pedaleando.
En cuanto a los motivos que encarecen un reloj mecánico, voy a agregar algunos que no mencionáis:
1) El trabajo: Se añaden elementos decorativos que generalmente no aportan funcionalidad, como las Côtes de Genève, pero que son muy laboriosos y se hacen de forma muy artesanal.
2) La economía de escala. La cantidad de inversión en un modelo debe rentabilizarse con la unidades vendidas. Imaginemos un reloj sencillo como el F-91W, pero que por el motivo que sea se vende poco. Quizás porque yo sólo voy a fabricar 10 unidades, quizás por otros motivos. Pues bien, debería vender cada F91W a 5000€ o más.
3) Retos artificiales. Es lo que más me llamó la atención. La alta relojería impone limitaciones que hagan más meritoria su creación. Por ejemplo relojes de solo 18000 vph que son tremendamente precisos. Obviamente lo serían mucho más a 36000 vph pero tiene menos mérito. Sería como si nos forzáramos a que la bici del ejemplo no tuviera marchas para que así nos tuviéramos que exprimir más en cuanto a ingeniería.
Y el último que es evidente, es que realmente tiene un coste superior. La maquinaria de un mecánico tiene unas 100 piezas (algunos tienen 51, otros tienen 800), pero son piezas con poca tolerancia, de las que depende su funcionamiento. Un reloj de cuarzo tiene unas 20 partes, y como decís sólo una es fundamental en su precisión. La pureza y el tallaje del cristal.
Muchos de los argumentos elitistas que se dan aquí, al principio del cuarzo se aplicaban a ellos. La gente de dinero prefería llevar un Seiko digital que era la máxima tecnología, y en cambio no quería ni regalado un Seiko automático. Las cosas van y vuelven, y en efecto el señor Hayek lo hizo muy bien (o tuvo mucha suerte), porque el solito podía haberse cargado a los bancos suizos si su idea no hubiera salido bien.
un poco más y escribes una respuesta más larga que el post :D Lo de las bicis es un golpe bajo..., mira que eres malo :)
ResponderEliminarObviamente desde el punto de vista de la ingeniería, o sea, por puro reto tecnológico, los relojes mecánicos son elementos muy valiosos e interesantes. Pero creo que ese no es el caso, las marcas lo hacen porque los venden, no seamos inocentes. La imagen de Jaeger diciendo que había que tener prisa para vender 68 relojes solo hasta determinada hora la puse a propósito precisamente por eso. Que nadie se lleve a engaño: los que fabrican relojes hoy día no lo hacen por el placer de experimentar, sino para ganar pasta. Pura y simplemente. Por experimentar tiene más sentido invertir en un acelerador de partículas, ya puestos.
Además, en el momento en que entran en juego las máquinas, o las ayudas de ellas, lo de la artesanía queda bastante en entredicho. Sí, mola en los catálogos y está chulo oírlo de boca del vendedor que nos coloca delante de los ojos el reloj, pero cualquiera que vaya a ver una "artesanía" de hoy, ni mucho menos se parece a una "artesanía" de antaño. Marcas alemanas de relojería de principios del siglo pasado hacían relojes con poca exactitud y no demasiado "pulidos" en sus movimientos, precisamente para que fueran robustos y duraderos. Eesto la gente lo olvida, habla de exactitudes milimétricas o de centésimas como si humanamente fuera posible trabajar a esas escalas. Claro, es cierto que hay modelos -exclusivos- que tardan un año en hacerse, y se venden a precio de varios salarios, pero eso no tiene nada que ver con tecnología, es de marchante de arte sin más, como quien compra una piel de un elefante africano porque es "exótico" y raro.
Solo hay que ver la nueva fábrica de Omega, y nos daremos cuenta dónde queda hoy "la artesanía" esa.
En realidad decimos lo mismo ZC. Lo que quiero decir es que el auge de los relojes mecánicos se debe a su marketing que en efecto ataca a nuestra vanidad, pero ello no quita mérito al objeto en sí que es una obra de ingeniería, en general mucho más elaborada que en los de cuarzo.
ResponderEliminarEn el fondo es algo que se puede hacer con cualquier tipo de bien en desuso. El mérito de Swatch es que cuando nadie quería los Seiko 5 automáticos, que se seguían vendiendo en países pobres, ellos lograron que los ricos lo quisieran.
Se llama reposicionamiento de un bien, y así a bote pronto se me ocurre que lo puedes hacer con los sombreros, los tirantes, las pajaritas, los pantalones de pana y el caso más próximo y muy similar en concepción, el afeitado clásico.
Hasta en los países en vías de desarrollo que es donde aún se venden estos artículos, están deseando pasarse al afeitado moderno. Lo quieren hacer por sus ventajas que tiene algunas, pero sobre todo por marketing.
Algo parecido pasa con las estilográficas. Digo en menor medida porque como la mayoría de la gente no escribe, nunca se las verían usar.
Ahora imaginemos que sale alguien como el señor Hayek, que en vez de suizo es alemán, y dice que el acero Solingen hace unas maquinillas estupendas. Entonces las empieza a fabricar, y las vende a 500€. Los ricos, o los que quieren ostentar las compran claro. Pero eso no quiere decir que también haya entusiastas, entendidos o como quieras llamarlos que las compren. No por lo que representan para el ego, o como status social, sino por lo que son.
Pensándolo bien tenemos muchas cosas así. ¿Realmente un Tesla Roadster se lo compran los amantes de la ecología? El mundo actual está lleno de ejemplos.
Ahora que recuerdo, mencioné algunos otros:
ResponderEliminarValores añejos.
Lo importante de un reloj, independientemente del mecanismo del mismo, es que de la hora a un precio razonable y con una durabilidad y mantenimiento decentes, en este aspecto los relojes automáticos le llevan una ventaja de varias décadas a los de cuarzo, hay todavía circulando por las calles de todo el mundo, relojes automáticos muy básicos de marcas como Seiko… De la década de los años 60´ y 70´, que en su día eran muy económicos y que todavía funcionan de maravilla, sin haber tenido ningún mantenimiento Si haber tenido ningún manteniendo en toda su larga vida (+40 años) y lo que les queda todavía…
ResponderEliminarAcumular relojes, sin importar el precio de los mismos y a su vez Ponerlos en un pedestal y en un lugar predominante de nuestro corazón, como objetos de deseo, tiene un nombre y se llama "Idolatría"
La Psicología no puede hacer milagros, si el individuo a tratar tiene el corazón endurecido y lo intenta llenar constantemente con los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, dicho individuo siempre acabará cayendo en sus deseos, la vanidad e idolatría, entre otras cosas más; Para salir de esta espiral autodestructiva primeramente hay que vaciar el corazón y llenarlo de la Verdad...
Bastante en desacuerdo. Colecciono relojes simplemente porque me gusta. Algunos de ellos son mecánicos.
ResponderEliminarNo es, en mi caso, una cuestión de presumir, ni tampoco de vanidad. El reloj mecánico más caro que tengo es un Seiko 5, que compré nuevo gracias a una oferta que lo dejaba en poco más de 60 EUR. Mis otros relojes mecánicos son relojes vintage comprados a precio de saldo, o nuevos de procedencia y fabricación china aún más baratos que los anteriores.
No voy a negar que en esto de los relojes hay mucho de presumir, de ostentar, de postureo y, sobre todo, de no saber qué se lleva en la muñeca.
Mi afición a los relojes es reciente, y disfruto haciendo puestas al día, pequeñas reparaciones y aprendiendo a apreciar estas máquinas.
A veces un simple cambio de correa es suficiente. Uno de mis relojes es un Casio solar y analógico, cuya correa no me convencía. La substituí por una correa de tipo NATO importada de China por menos de 2 EUR, y el resultado es espectacular; tanto, que hasta algún conocido, no aficionado a la relojería, me ha preguntado dónde se podría comprar el reloj.
Otras veces te das cuenta de que sabes no lo que tienes. Hace meses que rescaté un viejo reloj de titanio Lotus que me habían regalado hace años. No funcionaba y tuve que llevarlo al relojero, que finalmente le cambió el movimiento. En el interín, te informas del reloj y caes en la cuenta de que ese humilde Lotus de 'all titanium' es un relojazo de padre y señor mío. Y, así, lo llevas en tu muñeca orgulloso pese a que Lotus nunca tendrá la fama de un Tissot o un Certina de cuarzo con su Swiss Made en la esfera.
Para mí lo criticable no es tanto el postureo, como el no saber apreciar lo mucho que te está dando, por ejemplo, un humilde Festina. Date una vuelta por foros de relojes, y verás a un montón de aficionados que saben mucho y que, sobre todo, aprecian cada reloj por lo que realmente es y no por la publicidad asociada.
ZC, cuantos relojes digitales tienes? Cuantos llegaste a tener? Cuantos costaron mas de 15 dólares? Por que si tienes mas de uno, o tuviste mas de uno, y costaron mas de lo de un F91 todo lo que criticas en el coleccionista de mecánicos, se aplica a ti también, no?
ResponderEliminarExcelente redacción. A mí sí me parece.
ResponderEliminarTodo en esta vida es vanidad.
ResponderEliminarIncluido el iPhone que con tanto orgullo sacamos del bolsillo y al que le decimos bien, bien alto: "Oye Siri, llama a Cari", aunque la hayamos llamado hace 20 minutos y sea la última llamada en el registro.
Y nos compramos un coche de 50 ó 60.000€. Recordarás el anuncio de hace unos años de Dacia Logan: "Hace lo mismo que cualquier otro coche pero por 8000€". Pues eso, que preferimos comprarnos el BMW X5 por si alguna vez nos hiciera falta un TodoTerreno o un SUV que ya hemos aprendido a decirlo. Y nos entrampamos en una segunda vivienda en la playa para ir 15 días en agosto y 2 ó 3 puentes que cuadren bien. Y cuando hacemos cuenta del coste anual; entre hipoteca, comunidad, IBI, luz, agua y gastos varios nos damos cuenta que pasaríamos vacaciones a todo tren, tanto en invierno como en verano. Pero mola decir: Yo es que tengo casa en la playa.
Y también están los coleccionistas de cualquier cosa, yo qué sé. Por ejemplo: de Madelman, y pagan una pasta por un muñequito en su caja original. En las quedadas de Madelmanadictos enseña su tesoro frente a los otros y se pasea como un pavo real. Y tiene media casa invadida con muñecos de juguete, como si el poseerlos le fuera a devolver su infancia y aquel otro Madelman que le tiró su madre a la basura limpiándole el cuarto.
Evidentemente, en el mundo de la relojería hay mucho "tonto" suelto, pero no creo que en mayor proporción que en cualquier otro orden de la vida.
Ese es mi punto de vista
No considero que todo sea vanidad, en la mayoría de las personas, sí, pero no todos. Un Logan si bien hace lo mismo que un X5, no lo hace de la misma manera! Aunque para mí el X5 es para postureo, yo iría por un Serie5, o un 3, incluso, pero el que me lee y tiene un X5 dirá: "qué postureo? me gusta tener el CG mas alto, tener mas despeje, posición de manejo mas alta y mayor peso"... Es que nadie puede entender el "me gusta". Yo tengo todos los autos que tuvo mi padre y yo en escala... Para qué? Me siento mejor que alguien, se los muestro a alguien, quiero que me vuelva la infancia? No, me gusta y punto (de hecho mas de uno criticaría por lo bajo); como también tengo varios G-Shock de los 90 y 2000, algún Tissot y un Seiko5, me gustan, punto.
ResponderEliminarTener un reloj si es una pequeña vanidad, desde el mismo hecho que podemos ver la hora en el teléfono celular. Me agradaría tener un mecánico, sólo para saber que se siente pero puede que no los use mucho, puesto que un Casio Edifice que poseo que son bastante parecidos en forma y costo a un automático casi siempre se encuentra guardado, porque me preocupa rayarlo. Aunque ahi llegamos al punto en el que las personas que por su trabajo su dinero legitimamente ganado se lo gastan en actividades honestas como es comprar relojes, qué se le va a hacer?, que hay muchos que nos hemos gastado de peor manera.
ResponderEliminarExcelentes palabras! Para mí, la belleza constructiva de un mecánico es incuestionable, sin embargo, la precisión de un cuarzo es inigualable y, por qué no, su belleza tecnológica.
ResponderEliminarAbrazos desde Brasil