Algunos de los que nos leen probablemente les resultará "dolorosamente" familiar esta escena: ibas al médico y éste te recetaba unas inyecciones o te mandaba administrarte una vacuna. A continuación, se iba a un pequeño armario, cogía el envase del medicamento, acudía a una cocina de gas donde tenía en el fuego una olla con agua hirviendo, cogía la la inyección, la sumergía en el líquido caliente para desinfectarla, y luego te la aplicaba. No, no me estoy yendo a muchos siglos pasados, hablo de España (como en muchos otros países) hasta la década de los setenta. Éste método será todo "lo ecológico" que se quiera, y reutilizable, pero la buena desinfección muchas veces dependía más que nada de la paciencia que tuviera el médico, de su "profesionalidad" y tantas otras cosas.
Hoy las jeringuillas te vienen en envases estériles, que te garantizan no solo su seguridad, sino su calidad. ¿Qué ha hecho todo esto posible? Pues sí: la popularización de los plásticos.
Todos quienes en estos últimos meses habéis visto las noticias sobre la epidemia del ébola habréis notado que los trajes aislantes están hechos de compuestos de plástico. Ciertamente que ya hace muchas décadas que los militares disponen de trajes de protección bacteriológica, pero aquellos no tenían casi nada que ver con los de hoy en día. No solo eran caros, sino que eran pesados, muy incómodos, y tras cada uso había que esterilizarlos. No ocurre así con los de hoy, que gracias a la variedad de plásticos disponibles los trajes son más cómodos (dentro de lo posible, claro), y se desechan en cada uso.
Y qué decir de los guantes de látex para cirujía, o de compuestos del día a día como chaquetas y cazadoras. Antes si querías comprarte una chaqueta de cuero no había alternativa: tenías que ahorrar durante mucho tiempo para ella. Hoy puedes adquirir una de plástico de gran calidad a precios mucho menos elitistas.
Y así con millones y millones de cosas: miremos a nuestro alrededor. Los plásticos están por todas partes: desde nuestro móvil hasta nuestra ropa, pasando por nuestras casas e incluso protegen nuestra comida.
Cuando a mediados de la década de los setenta Casio tuvo la feliz idea de innovar y sorprender a propios y extraños con su primer reloj de resina (tal es así que incluso fue elegido como reloj futurista en la película de ciencia ficción de "Alien el octavo pasajero"), poco iba a suponer que sólo unos años más tarde sería ese material, precisamente, el que llevaría la voz cantante y el más popular de varias líneas de sus relojes, como los G-Shock o los Collection.
Los plásticos han venido a suplir toda esa cantidad de materiales exóticos que de otra forma no podríamos disfrutar, como el titanio, la cerámica o la fibra de carbono. De hecho creo que la mejor combinación para un reloj es precisamente esa: la de la resina y el titanio. Entre otras razones porque hacer un reloj enteramente de titanio es muy caro, pero mezclar este metal con la resina nos permite disfrutar de un producto redondo, ligero y asequible a la par. Por eso me parecen todo un acierto los Gulfman. Y no solo es ligereza y precio competitivo, sino que la resina nos ofrece también la posibilidad de elegir colores de todo tipo y en casi cualquier tonalidad, incluyendo también texturas o grabados, que serían imposibles realizar sobre el metal.
Cuando Casio lanzó su línea G-Shock recurrió a la resina para su protección exterior, confiando esa parte tan expuesta precisamente a ese material, nada de exterior de acero, con armis o de titanio. Eso llegaría muchísimos años después con los MT-G y MR-G, pero el concepto inicial no era ese.
Gracias a esa idea y a ese concepto los usuarios de G-Shock consiguen algo que ningún otro reloj puede hacer: tener un "nuevo" reloj solamente cambiándole el bezel y la correa. La caja, y el módulo, seguirá siendo el mismo y seguirá protegido por esos dos elementos. Es una solución tan buena y magnífica que se ha mantenido inalterable durante más de treinta años, y eso es un mundo en el entorno de los dispositivos tecnológicos, los cuales "caducan" o se quedan obsoletos a los dos o tres años de adquirirlos. De hecho es tan único que no hay nada parecido. Tu maquinilla de afeitar, tu receptor de radio o tu televisión que tenías en los ochenta o setenta seguro que ya ni funcionan, si es que han logrado pervivir hasta hoy. Pero tu G-Shock de 1983 fijo que funciona como el primer día.
Las resinas han hecho nuestra vida más fácil, sobre todo las de aquellos que no podríamos pagarnos carísimos productos de titanio, o cerámica. Sí, por supuesto que puede que nos haga ilusión ver otro G-Shock "original" de caja maciza, y otro digital de collection como el W-780, eso nos encantaría. Pero para el día a día, para llevar, a muchos nos costaría dejar de lado la ligereza de las resinas para cambiarlas por pesadísimas cajas de acero macizo, que en el momento que tengas que hacer un movimiento más o menos rápido o violento con el brazo, parecería que te lo arrancan. Más aún si puedes disfrutar de un G-Shock como son los Gulfman, que mezclan lo mejor de ambos mundos.
| Redacción: Zona Casio
Es cierto que con solo cambiar la correa y el bisel, tienes un reloj nuevo que no tendrías si el mismo fuese de un material macizo, pero el detalle es que CASIO no suele garantizar los recambios, y conseguirlos es cómo buscar el arca perdida, y se tiene que recurrir a EBAY por ejemplo. CASIO inventó el concepto, pero su forma de proceder no es consecuente con el mismo.
ResponderEliminarLa gente esta muy preocupada porque cuando se acabe todo el petroleo (En unos 40 años, más menos) se va a acabar la gasolina. Sí, es preocupante, pero a mi me preocupa más de donde vamos a sacar los plásticos. Nuestra vida moderna (o posmoderna) esta sustentada enteramente en los plásticos. Me preocupa que se acabe el petroleo y se acaben un montón de derivados sin los cuales la sociedad no va a sobrevivir tal como la conocemos hoy. Desde medicinas hasta conservantes de alimentos. Ya se que hay nuevas clases de plásticos digamos "vegetales" (sacados el maíz, por ejemplo) pero nuestro consumo es brutal: No hay un solo producto que no este fabricado, al menos en parte, con el.
ResponderEliminarEl Concepto básico del reloj plástico es la comodidad y el bajo precio (usar y tirar a bajo precio, del estilo del boli Bic) , además suelen ser relojes que duran bastante, yo por ejemplo tengo un Casio analógico MW-59 sumergible a 50M que aprecio mucho y que tiene ya 11 años, le he cambiado las pilas de los chinos varias veces, le he cambiado 2 veces la correa por unas baratas y le he pulido fácilmente el cristal quitándole las rayas y golpes con algodón y dentrífico blanco y el reloj con un mantenimiento mínimo esta como nuevo, este modelo de reloj Casio de plástico es casi eterno si se cuida un poco, no hace falta irse a los caros relojes de plástico Casio G-Shock que están más enfocados a profesiones de riesgo, sin embargo con los digitales baratos tipo Casio F-91 y W-59 solo les cambio la correa y a tirar ya que las pilas parecen eternas y en el improbable caso de que se rompan no hay problema, por poco menos de 15 Euros tengo otro reloj nuevo.
ResponderEliminarElmer, tranquilo, por mucho que digan hay petróleo para cientos de años, todo lo demás son especulaciones realizadas en un tablero geopolítico y económico para manejar a los países a su conveniencia, es puro ilusionismo, nada es lo que parece.
Estoy de acuerdo con Miguel Angel, como tengas un G-shock un poco raro, que no sea un 5600 o 6900 te va a costar horrores encontrar correas y biseles. Y lo del plastico, en mi humilde opinion es el abuso desconcienciado y consumista que hacemos con el, no solo con el plastico sino con mas cosas... el ansia de consumo y el comprar-tirar, habria que cambiarlo por conservar las cosas, cuidarlas y repararlas y ser mas responsables
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ResponderEliminarCoincido en esencia con lo que decís, salvo por dos aspectos:
ResponderEliminar1) Cambiar el bezel y la correa a un G-Shock, sólo sale a cuenta en gamas altas. No es lógico que sea más económico comprar un nuevo DW-5600 en Amazon, que el bisel y la correa en un distribuidor autorizado. Es decir, como durabilidad, no es coherente.
2) La resina tiene muchas ventajas, si hablamos de la tradicional negra. Si es coloreada como en muchos G-Shock, rápidamente iremos que va perdiendo el color. Pero lo peor son las resinas pintadas, como en muchos Casio pseudometálicos. Eso es un contrasentido, que al año de uso vemos que el reloj está casi para tirar, aunque queden 6 años de pila por delante, y el armis esté en perfectas condiciones.