La tensión entre China y Japón obliga a Casio a cancelar sus eventos

Cuando leemos en los periódicos las "maniobras" militares de algunas partes del mundo (ocurrió entre Corea del Sur y del Norte, por ejemplo), nos parece algo distante e incluso puede que no pase de una noticia curiosa o anecdótica de agencias de prensa. Pero la verdad es que no hay nada más lejos de la realidad. En este mundo tan globalizado, lo que ocurra en una parte del planeta, por distante que se encuentre a nuestra casa, puede afectarnos a nosotros como individuos. Y mucho. Ocurrió en su día con las inundaciones en Tailandia, que tuvo como consecuencia que Casio (que tiene allí muchas de sus factorías más productivas) se viera obligado a parar la cadena de producción. Modelos como el Bluetooth GB-6900 o el GW-4000, que por aquél entonces eran las estrellas de la marca, sufrieron las consecuencias.

Ahora, como sabrás, la tensión entre China y Japón por cuestiones políticas de unas islas ocupadas por unos y que reclaman otros, está viviendo sus momentos álgidos. Esa es la causa principal por la que Casio ha decidido cancelar el evento que tenía en China el próximo día 20 de septiembre, en donde presentaría sus nuevos productos de cámaras digitales.


Esperemos que no vaya a más la cosa, y que todo se quede en éso, en una cancelación de última hora sin mayores consecuencias. Porque los intereses (y factorías) que tiene Casio en China son tantos, y de tal envergadura (no tienes nada más que mirar la parte trasera de tu reloj para saber dónde está fabricado, seguramente veas "Made in China") que sus efectos pueden ser catastróficos. Por poner un ejemplo, podría derivar en el retraso de producción de toda su línea básica (y de muchos G-Shock y Edifice).

Por supuesto, algo de semejante magnitud no interesa a nadie, y al gobierno chino menos, que perdería mucho de su poder industrial (aunque sabiendo la cantidad de empresas y fábricas de otros países, sus riñas con Japón tal vez las contemplasen como "un mal menor"). Lo que sí es cierto es que, metiéndose los militares de por medio, y sabiendo cómo se las gasta el férreo régimen chino (que se lo digan a Google, que les obligaron a instalar filtros hasta en su famoso buscador), si tienen que hacer algo para dañar a sus vecinos (los japoneses, en éste caso) no les temblará mucho el pulso.

| Redacción: Zona Casio