Lucha de Edifices: ECW-M300EDB-1AER contra el EQW-T720DC "Black Label"

En el mundo de los relojes atómicos radiocontrolados de metal Edifice es, entre todas las marcas, de las más punteras. En teoría es la marca inspirada en el mundo de la velocidad de Casio, pero sus modelos son tan variados y diferentes que prácticamente ocupan todos los ámbitos y todos los gustos. Obviamente, lo de "velocidad" tiene mucho de campaña de márketing, ya que Casio patrocina el equipo de Red-Bull de Fórmula 1 con sus Edifice y, además, poseen otras líneas de metal (como Duro200, Standar o Beside) y, sin diferenciación aparente, algunos modelos podrían llegar a solaparse entre sí.

Pero aparte de última tecnología, los modelos de Edifice tienen un precio competitivo, son completos en funcionalidad y, además, tienen un precioso y elegante acabado. Estos dos modelos que vamos a comparar aquí a priori son bastante diferentes entre sí. El "Black Label", esto es, el EQW-T720DC, prácticamente acaba de aparecer, mientras que el ECW-M300EDB-1AER (M300) lleva en el mercado bastante tiempo: salió en el 2009.



Sin embargo el T720 no es tan novedoso realmente, porque este "Black Label" viene a ser una reinterpretación del EQW-M600, aparecido en el mercado en el año 2011 (en marzo). Ciertamente no es el mismo modelo, pero viene a ser como un heredero de aquél.

Otra diferencia abismal es el precio, el "Black Label" nos cuesta unos 430 €, mientras que el M300 lo podemos encontrar por unos 250 €. Es decir, el primero dobla casi al segundo, pero ¿nos ofrece realmente más cosas? ¿De verdad lo vale? Bueno, no te voy a engañar: el "Black Label" es realmente muy buen reloj, y su aspecto es magnífico, gracias a su baño en PVD negro tanto de su caja como de su pulsera. El M300 se queda en una caja de acero y una pulsera de acero, sin más. Eso sí, bellamente diseñadas y, además, de perfil fino para darle más comodidad.


Pero es en el peso en donde vas a notar realmente la diferencia: el "Black Label" pesa, aún siendo íntegramente de acero, 167 gramos. Pero si quieres el M300 tendrás que cargar con casi 200 gramos de metal en tu muñeca: unos sorprendentes 189 gramos, nada más y nada menos. Y eso que, repito, dicen que le han quitado acero a la pulsera.

En las dimensiones también lo vas a notar, aunque más o menos los dos tienen las mismas medidas, el "Black Label" es bastante más delgado: 12,6 mm frente a los casi trece y medio (13,30 mm) del M300. Y tus camisas sí que van a agradecer que lleves el "Black Label".


Llegados a este punto, puedes pensar: "bueno, seguramente que en funciones las diferencias no son tantas", pero el "Black Label" le da mil vueltas al M300 es una función que es parecida a la Perfex de Citizen que hemos visto aquí el otro día: sus agujas disponen de tecnología de ajuste automático. Esto es: si, debido a un golpe o al acercarlo a un campo magnético las agujas se desplazan mínimamente, es capaz de reposicionarlas a su ajuste óptimo.

Sobre el resto de funcionalidades, ambos son WaveCeptor (Multi-Band 6), Tough-Solar, resistentes al agua hasta los 100 metros; ambos tienen horario mundial con 29 zonas horarias, cronógrafo, alarma y calendario preprogramado. Además, el cristal de los dos es mineral.

Con todo ello, ya podemos responder a la pregunta: ¿el "Black Label" vale realmente el sobreprecio sobre el M300? Pues sí, realmente lo vale. Y no sólo por la tecnología empleada, sino también por construcción y diseño.













| Redacción: Zona Casio