Pobrecito el GA-700 que ha caído en manos de Timewerke. Desde que le han puesto los dedos encima no ha parado de sufrir tortura tras tortura. Tras someterlo al "experimento casero" hace algunas semanas de meterlo en un vaso de agua hirviendo (y al que el G-Shock casi ni le hizo cosquillas), ahora han dado un paso más allá y directamente lo han "cocido". Como lo lees: lo han "cocinado" durante tres minutos como si fuera un huevo hirviendo.
Aunque el display digital comenzó a palidecer y empezó a aparecer condensación bajo el cristal, las agujas analógicas continuaban funcionando y, tras extraerlo, el reloj se recuperó totalmente. El mayor problema es cómo habrá quedado de dañado ese delicado movimiento analógico, pero obviamente eso solo se verá con el tiempo.