Robert-Jan Broer es un psicólogo y reportero que participa en una popular y prestigiosa publicación de relojería a nivel mundial, de la cual es co-fundador. Tiene la oportunidad de visitar los sitios más variopintos e importantes de la relojería, vestir, probar y lucir los lanzamientos más sonoros y elitistas, y acudir a los eventos de más renombre por todo el mundo (de hecho, una de sus últimas imágenes en su perfil personal es de ayer, en el evento Grand Seiko de la misma marca japonesa que aconteció el 7 de diciembre en Amsterdam -Países Bajos-).
Hoy nos contaba la historia de su primer reloj, que me ha parecido muy curiosa y, por lo tanto, he decidido dárosla a conocer a todos vosotros también. Durante unas vacaciones en el Reino Unido, los padres de Robert-Jan le regalaron su primer reloj: un Casio W-14. Corría el año 1986, y los W-14 eran uno de los modelos de Casio más asequibles, ligeros y polivalentes, muy aptos para un niño. Su módulo, el 596, sería el predecesor del 590 (W-59) y del 593, que luego se hiciera famoso en los F-91. Es decir: estamos hablando de un módulo básico, pero con bastantes funcionalidades.