La primera vez que adquirí un teclado de Casio eran a finales de los ochenta. En realidad, buena parte de mi primer sueldo fue para él, y por aquél entonces pensaba -como tanta gente...- que tener el teclado era casi sinónimo de saber tocarlo. Tendrían que pasar bastantes años más, algunas clases, y varios teclados (entre ellos un Yamaha más caro que el Casio, que adquirí por la renombrada marca y que me decepcionó completamente) para convencerme de que tocar un teclado era algo bastante peliagudo. Por fortuna, vinieron los sintetizadores de ordenador para ayudarme un poco.
Hoy en día los teclados han evolucionado bastante, y aunque siguen siendo muy complicados de dominar, se pueden hacer algunas florituras que nos facilitan mucho la tarea de conseguir sacar de sus teclas algunas notas decentes. Sobre todo, si eres de los que prefieren los tracks y remixes de música disco.