Admito que los modelos con cristal abombado no me gustan. La mayoría de las veces (sino todas) da un resultado artificioso, como si estuvieras viendo la hora a través de uno de esos espejos circenses tan de moda en algunos circos del siglo pasado, y que tergiversaban la imagen dándole -en ocasiones- grotescas formas. Pero tengo que admitir también que el resultado que ha logrado Seiko con estos nuevos Astron es, cuanto menos, de alabar. No se la sensación que causará ver la hora con ellos en la muñeca (para eso habría que probarlo... [una indirecta a Seiko que les lanzamos desde aquí]), pero en las imágenes que hoy han difundido la sensación de profundidad que da su espejo de zafiro curvado es, simplemente, asombrosa.
Seiko se ha inspirado en la atmósfera del propio planeta Tierra para crearlo. Su forma cristalina curvada es como si fuera la misma capa estratosférica cubriendo los océanos sobre el matiz negro del espacio exterior. Es una inspiración astronómica que nos atrae, y cuyo resultado, gracias a las formas tridimensionales de fondo, índices y agujas, logra conseguir que sea una muestra evidente más de la gran delicadeza y profundidad de estilos artísticos que conforman la propia relojería.