Cada vez me siento más preocupado y sensibilizado por los deshechos de pilas botón, y por su dañino impacto (en comparación con las pilas salinas convencionales) de sus componentes químicos. Es cierto que con un reloj de pila de diez años o con un modelo Tough Solar ese impacto se minimiza, pero en cierto modo sigue siendo un problema porque tarde o temprano (por agotamiento, fin de su vida útil, defectos de mantenimiento o por el mismo envejecimiento del reloj) sabes que acabará en la basura.
Es verdad que otra alternativa es recurrir, simplemente, al teléfono móvil, pero con sus baterías ocurre lo mismo además, la vida útil de un smartphone es brutalmente menor que la de un reloj.