
Cuando hablamos en un artículo anterior sobre la mejor forma de conservar nuestros relojes y preservarlos lo más originales posible al paso del tiempo, comentamos que una de "las pesadillas" casi imposibles de reparar cuando está muy dañado era el cristal plexi.
Ahora os vamos a comentar e ilustrar un sencillo y simple truco (no tiene gran misterio) para que podamos tener ese cristal tan transparente, pulcro y brillante como en el primer día. O casi.