Ya sabéis que aquí somos acérrimos defensores del doble horario (no confundir con la hora doble u hora dual), y rehuimos de los horarios mundiales automatizados, en los que no puedes variar la zona de hora predeterminada por el fabricante del reloj de una ciudad o zona (salvo realizando alguna que otra "triquiñuela").
La microcomputerización ha traído consigo que sea cada vez más barato y fácil realizar cálculos horarios en el pequeño espacio del chip de un reloj, lo que ha llevado a que sean todos -o la práctica totalidad- los fabricantes que no han podido resistirse a la tentación de incorporar la función de cálculo automático del horario por el propio reloj, eliminando esa responsabilidad y retirando esa tarea de nuestras manos. Incluso ya los relojes más baratos del mercado poseen horario mundial automático, una ventaja en un mundo perfecto. Una rompedura de cabeza en el mundo real.