Hace unos días me encontré con una conversación en el sitio web de Menéame, verdaderamente interesante. Es ya algo antigua, pero os la traigo porque siempre está de actualidad -en estos tiempos- el dilema de llevar o no reloj, y muchos lo defienden con los razonamientos más inverosímiles o peregrinos. En medio de diferentes opiniones sobre la utilidad de los relojes, un usuarios con el apodo de "nereira" (que parece ser una chica, por cierto, no solo por su nick, sino por su avatar de Mafalda), exponía públicamente sus razones para no llevar reloj: contaba que, desde que lo había hecho, sentía "menos peso en la muñeca" (debe ser que los relojes de chica pesan mucho... o que las pulseras de metal que muchas veces llevan ellas, de bastantes centímetros de ancho, no son molestas, pero en fin, sigamos), añadiendo también que desde entonces "tenía menos preocupaciones" -que es a lo que se refería con "salud mental"-, o sea, que mantener un reloj para ella era una ocupación muy compleja y molesta. Debe ser que cambiarle la pila cada cinco o diez años a un digital es una tarea que las mujeres no son capaces de realizar por sí mismas (nótese mi ironía).
Y terminaba añadiendo: "es más barato [no llevar reloj]" y, además, "te puedes duchar sin pensar [en estropear el reloj]". Las respuestas de los demás usuarios fueron sensacionales.