Ya os he contado en anteriores ocasiones las vicisitudes del chico que conozco que intentaba salir adelante malviviendo en un barrio pobre del extrarradio de mi ciudad. Este chaval había conseguido su calculadora científica gracias a Casio España, y ahora trataba de obtener la secundaria en un centro para adultos. Esta pasada semana recibí la estupenda noticia de que había aprobado finalmente y me contó una anécdota que le había ocurrido en el examen. Allí se encontró con un amigo que llevaba también una calculadora científica para ayudarse en el examen, una calculadora que, por cierto, no era de Casio. Antes de entrar se pusieron a compararlas y su amigo cayó en un desastroso descubrimiento: ¡su calculadora, tan "científica" ella, no poseía la capacidad de realizar operaciones con fracciones! Su amigo no aprobó el examen.
Obviamente las calculadoras de Casio no te permiten aprobar un examen si no has estudiado, pero sí te dan más facilidades a la hora de realizar operaciones matemáticas, gracias por ejemplo a su V.P.A.M. (una de las cualidades que más agradecía mi amigo, por cierto), o a su disposición y distribución de teclas, más práctica e intuitiva.