¿Cómo puede hacer Casio cosas tan bonitas? El fabricante japonés nunca dejará de sorprendernos. Y más aún en este caso, ¿qué ocurre si le das a un amante de los LCA -como es un servidor- todo un Casio FS-02? Pues que se puede quedar mirándolo durante horas. Incluso me atrevería a decir días. Así estoy yo desde que cayó en mis manos esta preciosidad (o estas dos preciosidades, más bien):
flipándolo en colores. Encima, de todos los modelos que existen va y cae en mis manos dos de los que más me gustan: la versión en amarillo y verde OD, una combinación que me encanta y que, curiosamente, no es muy habitual en Casio. Y el otro, la versión "espejada". Las fotos no le hacen ninguna justicia, tiene unos brillos y unos reflejos sublimes. Y encima un espejo con ese tono oscuro, marronáceo, que le hace ser tan particular. Curiosamente ambos modelos a pesar de ser idénticos están realizados en lugares distintos: uno viene de Japón. El otro de Malasia. Era la época en la que Casio aún hacía estos relojes en sus mejores factorías, y no en las chinas. Este modelo es "lo más de lo más" en LCA.
Casio ya demostró lo que podía hacer con este tipo de displays en aquellos AE-20 "Twing Graph" y similares de los ochenta, y en una acertadísima decisión se propuso rizar el rizo y ¿qué hace? ¡Pues ni más ni menos que meterle LCA a un display total e íntegramente
dot matrix! Sublime. No contento con eso, le añade animaciones y nada menos que tres modos distintos de presentación, y varios modos de animación. Para que nos demos cuenta de todo ello y entremos en perspectiva hemos tenido que hacer dos cosas: una es desarmarlo y ver todos los controladores de animación que incorpora la placa donde está impreso su circuito electrónico. Y la segunda es realizar un vídeo para poder admirar algo que únicamente en fotos es muy difícil visualizar.