Así es, chulo, bonito, y además muy completo era el Frogman DW-9900, que Casio lanzó en el año 1999. De él se realizarían cinco versiones -además de alguna que otra edición especial- todas en positivo y con LCD a dos colores (la parte superior azulada/verdosa). La DW-9900-1A llegaría en el mencionado año de 1999, justo para comenzar el milenio, a un precio de unos 200 €. Su caja, roscada, estaba íntegramente realizada en titanio, de ahí que Casio pudiera anunciar un peso de tan solo 68 gramos.
En especificaciones, como buen Frogman, su módulo - el 2016 - tenía de todo, incluyendo una resistencia a las bajas temperaturas (hasta -20ºC), Data Bank ID (banco de datos personales, con tipo de sangre, etc.), temporizador y cronógrafo de 24 horas (el primero con repetición automática), alerta de pila baja, y por supuesto registro de inmersión. Poseía también 3 alarmas, y señal horaria. Con unas medidas de 51,6 x 46,8 x 15,9 mm., era un Frogman relativamente compacto, baste recordar que el GWF-D1000 (que podría considerarse el sustituto natural a este) mide la friolera de 59,20 x 53,30 x 18 mm., y pesa también la friolera de 141 gr.