Hablamos mucho de los ochenta, y no sin razón (en esa década vimos el surgir de los Marlin, o de los mismos G-Shock), pero para muchos la mejor época fue la de los noventa. En ella Internet comenzó a popularizarse (a qué precios, pero bueno), y pudimos ver los excesos más extravagantes de Casio. A ella debemos modelos en Collection como el W-731 (1999) y todo su ejército de impresionantes "digi-graph", en Forester los "Fish in Time" FT-200 (1998), FT-1000 (1999), en HD con los DW-290 (1994), o los preciosos DW-285 (1998) o DW-340 (1992); en Pro Trek los PRT-40 (1998), o en G-Shock los DW-5900, o los DW-6500 (1994), sin olvidar los DW-6800 (1995).
Eran tiempos convulsos para Casio, la relojería mecánica convencional empezaba a coger fuerza de nuevo, y los modelos de "usar y tirar" de Swatch o de Lotus arrasaban. Casio respondió con algunos de los mejores relojes de la época, los completísimos diseños futuristas de Pro Trek, los avanzados y resistentes Frogman, los fiables y duraderos HD...