RelojesDeModa.com

7.02.2019

Los noventa


Hablamos mucho de los ochenta, y no sin razón (en esa década vimos el surgir de los Marlin, o de los mismos G-Shock), pero para muchos la mejor época fue la de los noventa. En ella Internet comenzó a popularizarse (a qué precios, pero bueno), y pudimos ver los excesos más extravagantes de Casio. A ella debemos modelos en Collection como el W-731 (1999) y todo su ejército de impresionantes "digi-graph", en Forester los "Fish in Time" FT-200 (1998), FT-1000 (1999), en HD con los DW-290 (1994), o los preciosos DW-285 (1998) o DW-340 (1992); en Pro Trek los PRT-40 (1998), o en G-Shock los DW-5900, o los DW-6500 (1994), sin olvidar los DW-6800 (1995).

Eran tiempos convulsos para Casio, la relojería mecánica convencional empezaba a coger fuerza de nuevo, y los modelos de "usar y tirar" de Swatch o de Lotus arrasaban. Casio respondió con algunos de los mejores relojes de la época, los completísimos diseños futuristas de Pro Trek, los avanzados y resistentes Frogman, los fiables y duraderos HD...




Combinaba Casio en su saber hacer y su siempre cuidado diseño, una tecnología de vanguardia e inusual en muchos aspectos. En esa década pudimos ver los modelos holográficos, y los asombrosos modelos detectores de emisiones GSM.

Mientras las tiendas de electrónica de los barrios iban desapareciendo, empujadas por el crecimiento de los bazares chinos, y a la par que las emisiones de televisión vía satélite llegaban a los hogares, y el número de canales crecía, a lo lejos se acercaba con paso firme el aparato que iba a cambiar el panorama para siempre: el smartphone.


En 2007 Apple lanzaba su iPhone, y se cargaba media industria de un plumazo. Las funciones de un reloj que tanto nos extasiaban ahora podíamos adquirirlas en sus tiendas online, y cargarlas en forma de "apps". Por supuesto, los smartphones no tienen la culpa de todo, pero fue el remate que acabó haciendo saltar por los aires buena parte de una industria (la de la relojería) herida ya de muerte.

Aún hubo quien se resistía a dejar su guardatiempo aparcado y coger cada mañana su teléfono móvil en lugar de su reloj sobre su mesita de noche. Las marcas respondieron convirtiendo ahora al reloj en un elemento de lujo, de disfrute, de adorno y de placer. Y aquellos extravagantes diseños de los noventa no volverían a repetirse.


Los relojes de aventura siguieron la línea de los iPhone, rodeándose de un aspecto aséptico. Suunto abrió la veda con diseños simplistas hasta la exageración, y a ellos les siguieron todos los demás. Nada de espectacular, nada de fastuoso, nada para la imaginación, no había lugar para ello en un diseño que busca la máxima reducción en sus formas y el máximo beneficio económico en sus ventas, hasta el punto de ahorrar en todo lo que sea superfluo de manera que no haya nada de adorno.

Por eso, para espectacularidad, como en los noventa no hay otra época. En ella la tecnología no solo se percibía, sino que se mostraba exageradamente evidente. Durante aquellos años Casio pudo llevar al extremo a muchas de sus marcas, hasta que la década del dos mil llegó, el siglo XXI emergió, y todo empezó a decaer. Era un sálvese quien pueda, mientras todos a tu alrededor echaban el cierre y se iban, y los comercios de barrio desaparecían como por ensalmo ante la pujanza de las compras por Internet. Era un nadar y guardar la ropa. Una cuenta atrás ante lo inevitable y la realidad de que el reloj ya no era imprescindible ni necesario. Había que convertirlo en otra cosa, en lo que fuera. Un smartwach, una pulsera deportiva..., o un trozo de recuerdo tratando apenas de parecer lo que un día llegó a ser.



| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com

5 comentarios:

  1. Y sin embargo, bien entrado ya el siglo XXI, seguimos viendo como millones de personas continúan llevando un reloj convencional. Y no sólo eso, sino que además la relojería tradicional, entre la que se encuentra Casio, se pone curiosamente de moda, posicionándose como uno de los abalorios esenciales en usuarios de todas las edades, siendo Casio una marca emblemática que crea tendencia. No creo que se trate de un mero trozo de recuerdo. Se me sigue escapando una sonrisa cada vez que miro mi Casio en la muñeca. Y estoy seguro de que la ingente cantidad de chavales que lo llevan hoy en día, tienen sensaciones similares a las mías. Larga vida a Casio.

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  2. La época oscura de Casio, y no precisamente por que no hubiera buenos modelos. Veremos lo que dice la historia de la década del 2010...

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  3. Me gustan mucho los modelos de los 90, tienen displays muy coloridos y con gráficos, en esa época solo me compré los dos que tengo con infrarrojos y calculadora.
    Voy detrás de dos modelos de finales de los 90 principios del 2000.

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    1. Así es. Si te paras a pensar solo en el ejército de digi-graph que había... ¡Y todos o casi todos, con variante en caja de metal y roscada!

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  4. Tengo una legión de buenas máquinas de Casio de los 90, pero lo cierto es que por edad ya me pilló un poco tarde disfrutar de aquella hornada. Eso sí, en los años 1993 y 1994 pude disfrutar de mi TS-200. Siempre me gustaron los relojes con termómetro y en aquellos años universitarios hice de éste mi compañero de aventuras..

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