Históricamente la profesión de relojero siempre había sido un compendio de conocimientos que pasaban de padres a hijos, o de maestros a aprendices. Familias de relojeros famosos fundaron algunas de las que, ahora, son las firmas más prestigiosas del mundo, como Audemars Piguet, Vacheron Constantin, y aún hoy perviven artesanos, como Philippe Dufou, que producen a mano sus relojes, vendiéndolos a precios exorbitantes.
Sin embargo los tiempos cambian, y aunque todavía no existen las "facultades de relojería" (por lo menos en España) sí que se puede estudiar esa profesión y obtener un título oficial.