Películas de coches han popularizado diversas marcas de relojes, la mayoría digitales, llegando algunos fabricantes a incorporar taquímetros para medir la velocidad, un proceso cuanto menos engorroso y bastante molesto de usar, dicho sea de paso (por mucho que uno se acostumbre). Claro, para eso también es verdad que tenemos el velocímetro de la moto, el coche o el ciclocomputador de la bicicleta. Pero Casio podía ir un poco más allá en este apasionante mundillo del transporte, de los circuitos y las carreras, y como era habitual en el fabricante nipón, le ponía imaginación a sus relojes llegando donde ninguna otra marca era capaz de llegar.
Así aparecieron a principios de los años 90 los modelos "Speed Memory" o, simplemente, "Speed", como el Casio AW-20. Con resistencia al agua de 50 metros, incorporaban tres subdiales digitales, tres estupendas zonas gráficas donde sin lugar a dudas una era la que llamaba mucho la atención, etiquetada como "KM/H". En efecto: kilómetros por hora.