Estos días estuve escribiendo relatos para El Imperio. En uno de ellos se realizaba una entrevista a la Directora General de la marca de relojes de lujo suiza Eternium. Esta alta ejecutiva decía en la mencionada entrevista que a ellos lo más que les importaba de sus relojes era la exclusividad, y venía a decir que con ello podían vender cualquier modelo de reloj por muy elevado que fuera su precio, y por exóticos que fueran sus materiales.
Esto no es algo que yo haya introducido por casualidad, sino que es algo que he obtenido y aprendido tras leer, seguir y manejar constantemente, o casi constantemente, todo tipo de noticias y notas de prensa del mundo de la relojería mecánica, especialmente de la relojería suiza, pero también de algunas de las firmas relojeras japonesas, con marcas como Grand Seiko, que todos tenemos en mente.