La foto de un Casio Collection, finalista en el concurso CommArts

La imagen que presentó Alex Bohn al concurso de CommArts, una moderna interpretación del reloj de su abuelo. Imagen: CommArts / Alex Bohn

El afamado magazine de fotografía y diseño CommArts ha fallado recientemente el Communication Arts 2022, un concurso en el que busca premiar a los fotógrafos y diseñadores con más talento. No le seguía la pista, pero me acabo de enterar que en la categoría "Fashion/Beauty" (moda/belleza) ha resultado elegido la interpretación (no es una fotografía real, sino un render) de un Casio que ha hecho el artista Alex Bohn.

Ha recurrido a un Casio A168 (el A168WG-9EF, si no me equivoco) consiguiendo con un fondo de luces neón una llamativa ilustración que ha logrado que el jurado le calificara como uno de los finalistas. Para su autor, es un recuerdo, un homenaje al mismo reloj que usaba su abuelo, dándole un estilo más actual y una visión más moderna a un reloj icónico.




Seguramente el reloj de su abuelo no luciría tan bien, estará ya gastado por el tiempo y el uso, pero debió causarle bastante emoción y despertarle unos vivos sentimientos como para dedicarle este trabajo y recordarlo en él. Porque, como siempre decimos, un reloj trasciende el mero objeto de adorno, va más allá y al ser un elemento tan personal identifica muy bien a quien lo lleva, hace que forme una parte de él. Hay muchos que recuerdan a sus abuelos, a sus padres, no solo por ciertos instantes, frases y anécdotas, sino también por sus relojes, por aquel modelo que habían llevado duranto años y años cada día, y del que siempre estaban acompañados, incluso muchos de sus hijos o nietos llegaron a adquirir ese mismo modelo, o restaurar el original, e incluso lo usan otra vez en ocasiones. ¿Quién iba a hacer eso con un smartwatch? ¿Con un Apple Watch? ¿Alguien se imagina a un señor que ahora es chiquillo, yendo dentro de diez o veinte años a una tienda y pedir un Amazfit o un Garmin porque su abuelo lo llevaba? Claro que no.

Por eso los relojes clásicos y convencionales siguen siendo insuperables, por muchas ventas y éxito que tengan los caducos cacharros de hoy, nunca podrán superarlos. Dentro de diez, veinte o treinta años, uno podrá restaurar su G-Shock, incluso adquirir un modelo nuevo (de hecho, puede hacerse aún hoy con los DW-6900, DW-5600, y tantos otros, y por supuesto con más humildes: W-59, MQ-24, o este mismo A168), ponerle pila, reparar incluso el viejo DW-5000 de caja roscada de nuestros ancianos mayores, que probablemente hayan llevado durante años y años cada día y en mil trabajos y tareas. Pero, ¿quién va a poder decir eso de un Apple Watch, caduco, sin actualizar?, con batería que ya no recargará y para la que, por supuesto, no habrá recambios, y con un firmware que ya ni podrá dar la hora de desactualizado que estará.



Nadie le dedicará a ese abuelo que hoy vemos con una smartband una foto de su nieto a su Amazfit GTS o a su Xiaomi, simplemente porque es un objeto sin personalidad, sin alma, sin vida. Es un objeto que no le identificará porque se verá obligado a cambiar miles de veces de modelo, y cada semana la marca le habrá obligado a comprar uno nuevo. Para ese abuelo no habrá foto, porque simplemente nunca tuvo reloj. Solo tuvo un cachibache de moda, una baratija de usar y tirar.

| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com

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