RelojesDeModa.com

5.21.2021

Por qué es tan apreciado un Casiotron hoy



Conozco a un chico que está haciendo un cursillo, en el cual entra una parte de inglés con la que tiene muchos problemas, hasta el punto de valorar abandonar. Ayer me venía todo contento y feliz, porque le habían dicho cómo lidiar con el inglés sin tener que quemarse las pestañas aprendiendo ese idioma. Simplemente poniendo su smartphone ante el texto, en lo que dura eso, un pestañeo, Google te lo traduce mediante su técnica de OCR. Y lo hace realmente bien. Así que asunto arreglado.

Me decía muy feliz que la tecnología hoy era maravillosa, hasta el punto de permitirte hacer cosas como esas.




Y ciertamente es así. Ahora hasta en los exámenes permiten calculadora, los alumnos ya no tienen que memorizar aquellas interminables tablas de multiplicar que nosotros teníamos que canturrear cada mañana ante el profesor como loros, y los expertos añaden que, teniendo a las máquinas, ya ni saber dividir es importante. Que lo importante es saber manejar a la máquina, a la interfaz del ordenador, y a la metodología de la calculadora.

No se estudia, en fin, un libro de texto, sino un manual de calculadora. Y esto irá a más, porque las máquinas nos están salvando "la papeleta" en todo. Sin ir más lejos, en esta pandemia ellas solitas han logrado - asistiendo a los científicos, claro - que la vacuna de la COVID-19 se haya desarrollado en tiempo récord, algo impensable hace unos pocos años, donde una vacuna tardaba casi una década en desarrollarse. En Japón, redes neuronales en ordenadores ayudan a los médicos a detectar complejos casos de cáncer, y ya han salvado la vida de alguna que otra persona. En Estados Unidos, asistentes virtuales atienden el teléfono por ti, te organizan la compra o te cogen cita con la peluquera para que tú no pierdas el tiempo en hacerlo ni te molestes. Asistentes como Alexa o Siri ya son capaces de manejar muchos elementos de tu casa, y pueden usar, con las nuevas bombillas inteligentes, las luces por ejemplo, haciendo que hasta los interruptores sean innecesarios.



Todo eso está muy bien. Yo lo aplaudo. Son todo ventajas. Los relojes de hoy tienen pila de larguísima duración, cuando no son solares y directamente ya no es necesario cambiarles las pilas. Los que son a batería funcionan por tecnología de contacto (inducción), y basta colocarlos en una repisa para que ellos mismos se recarguen. De decirnos la hora "y gracias", en la actualidad nos dicen la altitud a la que estamos, la velocidad a la que caminamos, lo bien que dormimos... E incluso pueden predecir tormentas o decirnos si vamos a sufrir un infarto, como si fueran pitonisos. Increíble. Maravilloso.

Y entonces... ¿Por qué no está todo el mundo saltando de alegría, como mi amigo del principio de este post? No lo entiendo.

Quizá porque todo eso, que está muy bien cuando lo miras y - valga la redundancia - lo usas en su uso y contexto específico (es genial que si un día llegas a casa agotado y sin poder levantar un dedo, Siri encienda la luz por ti, o si llega una pandemia, un ordenador te solucione la papeleta con una vacuna algorítmica que reprograme tus células creada en tiempo récord), no lo es tanto cuando lo miras en su conjunto. A veces no necesitas saber qué ocurre en Pernambuco, si una famosa ha salido desnuda en el otro lado del globo, o si por Instagram te cuentan que al tenista de la Conchinchilla de la salido urticaria. Estamos sobreinformados, tan atosigados de información que nuestro cerebro es incapaz de procesarla.


Hoy los Casiotron representan valores que se han perdido en gran manera en nuestra sociedad: el centrarse en lo importante, el saber poco pero bien; no mucho y de todo, pero mal - como parece que nos obligan ahora -. A diferencia de los relojes mecánicos, que continúan vendiéndose, los Casiotron hace mucho que dejaron de fabricarse.


Publicaciones como ésta que lees, no hace tanto servirían en cada post para alimentar tertulias y encuentros de amigos durante días. Hoy, si no la actualizas cada semana, ya parece que te has quedado obsoleto. Antiguamente nuestros abuelos, padres, o nosotros mismos si eres de los que ya peinan bastantes canas, sabías las "cuatro noticias" que aparecían en el periódico, las pocas tertulias de las dos únicas cadenas de televisión, los chascarrillos de tu pueblo... Y pare usted de contar.

Mi amigo me decía: "¡esto es genial! No es como antes, ahora ya sé inglés!". Claro, pero es que antes NO NECESITABAS saber inglés. Ahí está el quid. No necesitabas inglés para trabajar, no necesitabas inglés para defenderte en la vida, y tampoco necesitabas aprender cientos de novedades y actualizaciones para tu ordenador, manejar tu smartphone "y que no te la cuelen", o para poner un simple clavo en la pared. Hoy hay mil tipos de cementos, pegamentos, adhesivos específicos... Y hasta para ponerle un cristal a una ventana tienes que estudiar un sesudo tratado con terminología que ni el más pintado cirujano de hace cincuenta o sesenta años aprendería. Hoy, si no sabes al menos tres idiomas, si no eres "ingeniero técnico nuclear" y no tienes conocimientos hasta de cosas tan nimias que jamás te interesaron - como astrofísica o bioquímica -, no eres nadie. Eres un mierda (con perdón). Añade a eso que tienes que saber lo último que pase en política, con quién se acostó esta o aquel, o el menú que acaba de tomar en el restaurante el político de moda o de turno, la política de este país, la de este otro, el presidente alemán, el ruso, el portugués... El americano...

¡Basta! ¡Basta!

Hay muchos que tratan de ser "minimalistas" en sus cosas, en su vida diaria, en lo que compran y usan, pero que tienen el cerebro lleno de basuras y gilipolleces que se tragan en Instagram, que sus amistades les meten como si fueran deshechos en vertederos por Whatsapp, o que glotonamente se atiborran por televisión con sus "tropecientos millones de canales". Me decía un conocido no hace mucho: "me he dado de baja en mi operador de internet", y yo, sorprendido, le pregunté: "¿Y eso? Si estabas muy contento, tanto que te gusta el fútbol, podías ver partidos de la liga de todo el mundo: la Bundesliga, la Premier...". Me contesta: "¡Me volvía loco! ¡Tenía tantos canales que me abrumaban, ya no sabía qué ver! ¡Eso no era disfrutar del fútbol, me empachaba!".


_La esencia de los Casiotron_

//Encender un coche suponía girar una llave. Unos engranajes mecánicos que estaban bastante accesibles se encargaban de transmitir el movimiento del motor a las ruedas. Hoy no: hay buses de datos, varias CPUs, dispositivos electrónicos de control entre el motor y las ruedas... Es tal la complejidad que la profesión de mecánico ha tenido que desdoblarse en un sinfin de especializaciones secundarias que ni el mejor ingeniero se entera en ese entuerto. Y por supuesto, no hablemos ya de reparar uno mismo el coche, esa es una fantasía que se ha vuelto ahora materialmente imposible.//




Pues sí, eso ocurre. Solo date una vuelta por agregadores como Menéame, y descubrirás la de "morralla" con la que convivimos hoy. Este te dice que acaba de descubrirse no se qué invento - que puede que jamás llegue a materializarse, a venderse, que no te sirva para nada y que, además, no vayamos a ver en nuestra puñetera vida, pero da igual, nos pasamos media hora viendo el vídeo donde nos lo cuentan -, el otro te dirá que tal partido político ha dicho tal cosa sobre la noticia del día - la crisis con Marruecos, ahora en concreto -, y el otro te dirá lo contrario. Así suma, suma, suma, suma y suma... y sigue.

Hace poco me encontré un vídeo por Youtube de un señor presentando un reloj durante quince minutos, ¡quince minutos donde lo único que decía era leer lo que pone Casio en su web!, y encima lo ponía con errores de bulto, con garrafales incorrecciones... ¡Y tenía miles de visualizaciones! ¡Cielo santo, pero qué es esto! ¡Nos estamos volviendo todos pirados con tantas basuras que nos tragamos! Porque son eso, admitámoslo: basura. La mayor parte del día nuestro cerebro solo trabaja en una cosa: informarse de asuntos para desecharlos al minuto siguiente. Es un procesador de desperdicios. Así de claro.



Ya no se aprende inglés. Para qué. Ya no se aprende la tabla de multiplicar. Para qué. Mejor aprender a hacer un rebozado con vinagreta, o cómo crear mapeados UV aunque nunca vayamos a usarlos para nada. Dicen que el conocimiento no ocupa lugar, y es cierto, pero la basura sí. Y el tiempo que malgastamos entre esa basura también es tiempo que perdemos. Somos demasiado curiosos, demasiado morbosos, excesivamente cotillas. Por algo triunfan tanto las redes sociales. Nos interesa saber hasta el color de los calzones que lleva el novio de la actriz del momento, aunque esa actriz "del momento" cambie de día en día. Hoy es "Riana", mañana será "Rayana".

Con todo es lo mismo. Por desgracia cada vez nos cuesta más discernir.

Sin embargo, décadas atrás no había este problema. Te llegaba lo mínimo, y aquellos Casiotron te informaban solo de lo imprescindible. Algunos ni siquiera tenían calendario automático, debías ponérselo tú, por lo que cada mes tenías que saber obligatoriamente el día que era. Supongo que esa es una tarea que para algunos es menos entretenida que enseñarle a Siri a reconocer tu voz, pero mira, te hacía ser responsable de ello, y no dejarlo todo en manos de una multinacional sin escrúpulos mientras nosotros nos dedicamos a ver gilipolleces.

De hecho algunos Casiotron te ocultaban el calendario, ni en eso te molestaban. Claro que eran las limitaciones de la tecnología, pero oye, ¡podías quedarte en paz!


Del "tenlo todo" que nos trata de inculcar la mercadotecnia de hoy, al "no tener nada" de las modas minimalistas, los Casiotron expresan una alternativa diferente, la de tener lo que se necesita cuando se necesita, discriminando lo superfluo. Sin más.


Cada vez hay más personas que admiran y reconocen las ventajas de estas cosas. Es cierto que todos valoramos que las máquinas pudieran - ojalá - resolver conflictos armados, o el hambre en el mundo, pero esas personas han sabido dar preferencia, crear prioridades con lo que verdaderamente les es útil, y deshechar lo que no es. Investigar en una vacuna es útil. Perder el día en Instagram o en Menéame no lo es. Saber la hora es útil. Pero no por ello tenemos que estar todo el día pendientes de las notificaciones de llamada, de si va a haber tormenta ahora o dentro de una hora, o si hemos andado cien metros más que menos. Eso es información sucia para la mayoría, y en discriminarla ocupamos nuestro cerebro tontamente. A veces es mejor un simple reloj que sólo nos dé la hora, como los antiguos Casiotron, y que no nos líe con más. Centrarnos en lo que importa, y desechar el resto, al menos hasta que verdaderamente nos resulte útil o valioso.

Por eso, quienes actualmente usan uno de aquellos Casiotron, muestran también toda una declaración de intenciones, dejando evidente que atienden a prioridades, que se centran en lo que les puede aportar algo, y que evitan lo superfluo. Porque insistimos: el saber no ocupa lugar, pero la información banal y la insustancial nos satura, y sí consume tiempo y nuestros recursos, y éstos sí son limitados. Sin olvidar que también nos vuelve paranoicos, y nos convierte en marionetas de las máquinas, esas que, bien usadas, nos ayudan tanto. Pero como todo, erróneamente manejadas, pueden convertir nuestra vida en un caos o aún peor: en una desazón insufrible.

| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com




| Casiotron | | Sociedad | | Reflexiones | | Tecnologia |

8 comentarios:

  1. Anónimo21.5.21

    Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo21.5.21

    Este tipo de post es lo que diferencia y eleva a ZC sobre otros foros de relojes. Congratulaciones!

    ResponderEliminar
  3. A veces necesitamos desconectar de todo y volver a las cosas simples. Aquellas que cumplen su cometido, aunque éste sea sencillo, pero no nos complican la vida ni con recargar, ni con sincronizaciones al móvil ni con actualizaciones de apps o firmware.

    Por otro lado, los Casiotron son el paradigma de la durabilidad en Casio, unos materiales que raramente vemos en relojes más modernos de la marca.

    ResponderEliminar
  4. Esta entrada me ha gustado. Últimamente me estoy topando con artículos de esta temática. Es verdad, estamos atorados de tanta información, la cual el 99% es porquería y no importante pero también creo que somos nosotros, los que tenemos algunos años que no aceptamos esta manera de ser bombardeado por la información. Sin ir más lejos, hoy todo es redes sociales. quedan muy pocos blogs verdaderos como lo es Zona Casio. Agradezco por tomarte el tiempo de escribir este artículo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras, de verdad.

      También es cierto que estos relojes hoy no venden, es decir, ni están a la venta ni se suelen ver, así que cuesta que se valoren y que alguien los tenga en cuenta.

      Eliminar
  5. También es que algunos modelos de casiotron son preciosos, reeditan aunque sea uno y triunfa seguro, no sé porque tan pronto se enfocaron hacia otros diseños

    ResponderEliminar
  6. Como siempre un artículo magnífico, yo debo ser de esos raros que no tiene redes sociales y ni siquiera sé qué es eso de Menéame, así que tal vez por eso soy un enamorado de los casiotron... Bueno en realidad de cualquier reloj también sencillo pero con argumentos propios.

    Me ha hecho gracia una cosa del artículo, IES lo tremendamente sencillos que eran y y lo complicado que son algunos de ellos para poner la hora...

    Entre todos los que tengo son mis favoritos.

    ResponderEliminar
  7. Jose Carlos22.5.21

    El otro día comentó, en la radio, un psicólogo un libro titulado "La fábrica de cretinos digitales". Decía, por ejemplo, que el uso de la tecnología, está haciendo que por primera vez en la historia de la humanidad, el cociente intelectual esté bajando con respecto a las generaciones anteriores. También que cuanto más se invierte en TIC's en las escuelas más baja el rendimiento. Además, lo vemos todos en nuestra gente cercana, han dejado de usar la memoria, la orientación, la ortografía, etc, etc y etc.

    ResponderEliminar

Zona Casio Semanal

Hazte miembro de nuestro Canal en YouTube para poder obtener nuestro magazine Zona Casio Semanal, con el cual podrás leer cómodamente todo el contenido de ZonaCasio off-line, y conservarlo como material de consulta o información, y muchos otros privilegios más. En cualquier momento podrás anular tu suscripción, así como configurar cómo quieres recibir los avisos y notificaciones, cómodamente en tu smartphone.
Puedes darte de alta a través de éste link. ¡No te lo pierdas!