Título: Razones desde la otra orilla
Autor: José Luis Martín Descalzo
Fragmento:
Efectivamente: esa noche que nosotros aceptamos con toda normalidad, como parte del tiempo, porque sabemos por experiencia que mañana regresará el sol, ¿qué tuvo que ser para quien no la conocía, para quien no podía saber si mañana regresaría el sol? Sin duda para él tuvo que ser doloroso ir descubriendo que Dios había partido el tiempo en dos y que la noche y el día eran para cosas. distintas (trabajar y descansar), pero las dos eran partes integrantes de una misma realidad temporal. Y tal vez hasta llegó a descubrir que el mundo no sería vividero si sólo existiese, siempre a todas horas, la luz cegadora del sol. Entendería que la vida humana se apoya en esos dos bastones y descubriría que hasta tal punto nuestro cuerpo se acostumbra a esa alternancia que, cuando en nuestra época se introduce esa fórmula de adelantar o retrasar los relojes, durante un cierto tiempo el cuerpo tarda en acostumbrarse y hasta se duerme mal por algunos primeros días.
Escribo todo esto pensando que, si en lo cronológico hay un día y una noche, también en el camino de la felicidad humana hay días y noches, horas de gozo abierto y horas de dolor, esperanzas y amarguras, días o meses en los que todo lo vemos claro y otros en los que la oscuridad invade los ojos del alma. ¡Y ambos son parte de la realidad!
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