Durante buena parte del siglo XX y hasta bien entrados los años ochenta, la merienda habitual de los niños era una onza de chocolate metida entre dos trozos de pan "y a correr". Tras salir de la escuela por la tarde, era el bocadillo "estándar" por antonomasia. Solo los más afortunados se podían permitir acompañarlo de una pieza de fruta, una manzana en la mayoría de ocasiones, o un plátano ya como caso extraordinario.
La onza (aunque en realidad se llame así, actualmente no tiene ninguna relación con la medida del peso) varía según el fabricante. Una "onza" es lo que se llama popularmente a una ración de una tableta, que en su tiempo era "un cuadradito". Esto es debido a que antiguamente las tabletas de chocolate pesaban una libra, y venían en onzas, que era como se vendían en las tiendas de ultramarinos (la tableta entera era muy cara para aquella España de la escasez, así que por unas monedas salías de la tienda con una onza envuelta en un papelito que, como acabamos de decir, era bastante más cantidad que "las onzas" actuales).
Y si una onza es un cuadradito, el F-201 es "el cuadradito" por excelencia de Casio, el reloj "más dulce" que podemos hoy encontrar. Tan fácil de manejar que cualquier niño podría usarlo, tan ligero que no nos molestaría en la muñeca, y tan completo que podríamos usarlo para todo. Incluso su forma nos recuerda a eso: a una pequeña onza de chocolate.
Si aquellos niños "de las onzas de chocolate" hubiesen podido acceder a él, despertarse con sus alarmas cada mañana, y usar su señal horaria para saber la hora de cuándo terminaban las clases, darían saltos de alegría.
Es el F-201 de ese tipo de relojes que tantas veces ignoramos y no tenemos en cuenta, y que despreciamos ante marcas de gran pompa, con productos más caros, olvidando que con uno de estos completos y magníficos digitales no solo seríamos más felices y estaríamos más cómodos, sino que cumplirían su función de información horaria muchísimo mejor.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Un f en el que normalmente no caemos cuando queremos un digital económico y de calidad pero no por eso una excelente opción. Con detalles en dorado precioso.
ResponderEliminarMuy buena la comparación con la onza de chocolate. Sin duda recuerdos de nuestra niñez.Yo también soy más de chocolate negro jeje
Tengo este reloj y es comodísimo, pesa muy poco y su correa es muy cómoda. Una gran opción para hacer deporte.
ResponderEliminarNo es un reloj que se encuentre entre mis favoritos, aunque si admito lo que decís, es uno de los grandes eclipsados.
ResponderEliminarEl reportaje con el chocolate, transportándonos a otra época es genial.
Yo sé apreciar las onzas de chocolate en pan, porque las disfruté de niño como algo sencillo y a la vez exquisito... como ese reloj :) Estupenda alegoría la del reportaje.
ResponderEliminarUn gran reloj, lo único malo es que los botones se pulsan con mirarlos (y a veces sin mirarlos). El caso es que si lo usas para la actividad, como yo, más de una vez te lo encuentras en otra pantalla. Por otro lado, un reloj genial y muy desconocido. Para el pueblo parece que el único Casio que existe es el f-91, pero prácticamente por el por el mismo precio, tienes este que tiene cronógrafo de 24 horas, cinco alarmas, día de la semana de tres letras, doble horario, cronógrafo regresivo y regreso a la pantalla principal dejando pulsado el botón. No le falta nada. Si le hubieran puesto la hora en todos los modos en el recuadro que queda vacío... Gracias por darlo a conocer porque este tendría que ser el f que todo el mundo llevara. A ver si te ingenias algún truco de los tuyos para endurecer los pulsadores.
ResponderEliminarTienes razón, lo de los pulsadores si los tocas con nada, te cambia de modo sin querer. Creo que más que trucos, la mejor solución sería cuestión de diseño, Casio debería haberle puesto unas guardas al menos. Claro que al ser de plástico, con un poco de cuidado se pueden recortar... Lo que ocurre es que el aspecto del reloj quedará bastante "desagradable" - supongo -.
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