Casio ya ha puesto a la venta - bueno, solo admite pedidos, de momento - su reloj de oro de 18 kilates. A la par, dentro de poco llegará también la versión "envejecida" del GMW-B5000V. El primero ya tiene nombre, por cierto - que la última vez que hablamos de él ni lo tenía -, es el G-D5000-9. Entre los dos habrá unos 62.000 € de diferencia (el de oro costará alrededor de 63.000 €, al final G-Shock subió "un piquito" más el precio, total, mil euros abajo o mil euros arriba no tienen importancia cuando hablamos de esas cantidades, es como si a un F-91 te lo suben diez céntimos arriba o abajo).
El "viejo" es muy interesante, es acero con un bonito acabado gastado, que llegará al mercado a mediados del próximo mes. En contraposición, el modelo de oro, el G-D5000-9, ya se vende, pero solo en cinco mercados (los más pudientes del planeta, y por lo tanto, obviamente, no llegará a España), que son Singapur, China (Hong Kong), Taiwan, los Emiratos Árabes Unidos, y Estados Unidos de Norteamérica.
G-Shock ha buscado un "público de ricos" para su modelo de ricos, del cual solo se fabricarán 35 unidades, y aunque paguen ese dineral por él, no quiere decir que vayan a tener el reloj. Al menos, no a tenerlo pronto. Primero G-Shock decía que lo serviría a partir de noviembre, pero han retrasado un mes más la fecha, y ahora han confirmado que no se empezará a distribuir hasta diciembre de 2019. Han intentado, por todos los medios posibles, que sea dentro de este año, pero probablemente y en realidad a sus compradores este reloj no llegará hasta el 2020.
Es una contradicción, si te pones a pensarlo. El G-D5000-9 es muy poco útil, tiene un display - mira las fotos en vivo - que apenas se ve, y obviamente quien lo adquiera estará comprando una bonita pulsera de oro. En contraposición, encontramos en la variante "vieja" lo mismo, pero al revés. Y me explico: el GMW-B5000V también es invertido, y poco práctico, y aunque sigue siendo caro - mil euros -, su aspecto "viejuno" y "desgarbado" choca completamente con el del G-D5000-9, de pulcro y brillante oro.
Los dos buscan un público elitista - solo sea porque la versión del GMW-B5000V es de las más caras, por menos de la mitad ya tenemos otras variantes, si queremos -, pero con gustos radicalmente distintos. ¿Qué millonario querrá lucir en su muñeca un reloj que parece que ha pasado bajo las orugas de un tanque, y qué millonario querrá lucir otro que resplandece y llama más la atención que un hipopótamo en un Seat 600? Probablemente, el primero alguien que busque simular u ocultar lo que tiene, y el segundo, alguien que busque presumir y hacer ostentación de eso mismo que tiene.
La verdad es que yo, si fuera G-Shock, habría pedido por el GMW-B5000V diez mil euros, como poco. Y estoy seguro que habría muchos más que se pelearían por él a ese precio, que a los mil euros en los que saldrá. Y no es un mal precio, ahí vemos a Omega o a Tissot vendiendo relojes mucho más caros, con menos cosas, más malos y peor diseñados, y se los quitan de las manos. Llega un momento en que no conviene pedir precios bajos, porque la codicia, la avaricia y el afán de poseer son tan imparables que cualquier precio que se pida nunca será suficiente, comparado con el ansia de ese tipo de clientes que no buscan el reloj, sino satisfacer su ego y su ambición desmedida. Y eso es, amigos míos, lo que comprarán en realidad quienes vayan a adquirir estos relojes.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
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