Casio ha difundido un escrito en donde se compromete a cumplir la declaración de no trabajo esclavo en cualquiera de sus divisiones de productos y en toda su cadena de fabricación y distribución. La declaración sigue la base del Artículo 54 de la ley británica Modern Slavery Act 2015, en donde se especifican las exigencias y protocolos que deben seguir las compañías para evitar el esclavismo, un temo muy agudo y gravísimo en los países en vías de desarrollo (principalmente), pero con buena parte de la culpa proveniente de nuestros países "desarrollados" (al final del post lo explico).
La declaración no solo incluye el trabajo de esclavo (salarios que impidan vivir dignamente, en incluso salarios e semi-esclavitud), sino que hace referencia también al trabajo de niños y a la trata de y tráfico de humanos.
Aunque la ley en sí afecta únicamente al Reino Unido, que Casio sea una de las firmas empresariales que la secunde es toda una declaración de intenciones, más aún si tenemos en cuenta que no es solo una promesa o una declaración institucional (como otros fabricantes hacen, no quiero dar nombres... pero todos tenemos en la cabeza unos cuantos, seguro), sino que es una declaración de cumplimiento legal y, por tanto, con bases e intenciones mucho más firmes.
De esta forma, Casio confirma que su negocio, en cualquiera de sus variantes (producción, distribución y comercialización) no se sostiene, utiliza ni opera en ninguna de sus formas ni en ningún aspecto sobre mano de obra esclava o mano de obra infantil.
El problema no es tanto de Casio en sí (ni de Apple, ni de Samsung, ni de Sony...), sino de la enorme cantidad de proveedores secundarios que este tipo de multinacionales utilizan. Por ello, Casio lleva operando desde 2012 con el Danish Institute for Human Rights que, mediante expertos independientes, analizan y estudian la infraestructura de la compañía para detectar casos de posible o potencial esclavismo. Hay que tener en cuenta que esta es una práctica muy habitual en las principales zonas de producción de los fabricantes de electrónica, tanto en China, como en Taiwan, Singapur, Tailandia, Vietnam, etc.
Debido a lo anterior, Casio ha realizado una serie de chequeos y cuestionarios a todos sus proveedores, para analizar cómo trabajan. Más aún, ha enviado regularmente inspectores a los sitios de producción de China y Tailandia, y desde 2014 se han incrementado notablemente este tipo de inspecciones. Además, se ha reforzado el papel de formación in situ para las direcciones locales.
Aún así el trabajo esclavo, y el trabajo forzoso y de menores, seguirán siendo la piedra de toque en una sociedad cada vez más competitiva que exige productos más baratos y en mayor cantidad. Ojo, que con "productos baratos" me estoy refiriendo al precio que paga el fabricante, no el que paga el consumidor. Por ejemplo, un iPhone le cuesta a Apple, recién salido de fábrica, solo 30 $. Cuando llega a las tiendas al cliente le cobran de 600 a 800 $, dependiendo del modelo. Hagan cálculos y sabrán por qué el trabajo de esclavos sigue siendo tan difícil de erradicar en esos países del mundo. Y, también, porque Apple (y la mayoría de tecnológicas) tienen sus fábricas allí, y no aquí.
Si todas estas multinacionales fueran menos codiciosas, y en lugar de buscar beneficios del 800, 900 o 1000%, se conformasen simplemente con beneficios más austeros, mucha de esta problemática se evitaría. También deja en evidencia lo ciegos que estamos, al pagar tanto dinero por un smartphone (o un smartwatch, o lo que sea), cuando a la compañía que lo vende (que a veces no son las que los fabrican, por ejemplo BQ no es fabricante, ni Apple) le sale por un precio irrisorio gracias a que los obreros trabajan sin descanso y con sueldos tan míseros que están en torno al dólar la hora. Como veis, este es un mundo de hipócritas, y mientras sigamos comprando esos productos a esos precios, lo seguirán haciendo, de manera que todos tenemos nuestra parte de culpa en todo este sufrimiento que genera la nueva tecnología.
| Redacción: ZonaCasio.com
No solo la nueva tecnologia. Con la ropa, la papelería, y hasta con los juguetes ocurre lo mismo. Si una empresa contratando la fabricación de un producto en esos sitios se ahorra en sueldos millones, pues millones son los que ganan, aunque luego como sabemos todos eso no revierta en el consumidor o nos acaben dando productos malísimos tirados de precios pero que sabemos que no valen para nada. Un mundo de locos y de compañias ladronas, sí (porque la gente no tiene la culpa, ellos trabajan donde pueden y donde les dejan).
ResponderEliminarFundamentalmente estas prácticas apenas sirven para lavar imagen y para lavar conciencias. En todo caso son un pequeño paso, que ya es algo. La verdadera revolución, llegará cuando los consumidores nos demos cuentas de lo que apuntas, que un iPhone cuesta 30$ y se vende a 600$, igual que un Samsung Galaxy, que además produce la misma fábrica. Que unas Nike cuestan 3€ y nos las venden a 60€ y etcétera.
ResponderEliminarPor eso me gusta J'hayber entre otras. Prefiero zapatillas hechas aquí, que cuestan 20€ y venden a 50€ a unas que cuesten 3€ en China y vendan a esos 50€. Lástima que en tecnología, ya no seamos competitivos. Recuerdo Philips o Fagor. Ahora nos queda Balay, que fabrica aquí, pero que los dueños son el Grupo BSH. Los mismos de Bosch y Siemens.
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ResponderEliminar¿Cuál es la máxima de los gobiernos mundiales? Consumir, consumir y seguir consumiendo, aunque para ello haya que tener mano de obra barata (mientras los gobiernos miran para otro lado) y de paso se destruya el ecosistema mundial, todo vale para retroalimentar al monstruo de la economía.
ResponderEliminarÓsea, me animan a consumir para mejorar la economía de mi país "independientemente de las condiciones de la mano de obra" pero luego me dicen los que viajan en aviones de lujo y que contaminan más que nadie que soy culpable del cambio climático por consumir y encima nos obligan a pagar un impuesto ecológico por comprar productos y mejorar la economía mundial, esto es de locos.
Con respecto a la medida de Casio, me parece bien, pero creo que se han subido al carro un poco tarde, parece que quieren ponerse la polivalente e inmaculada camisa blanca tan de moda hoy en día, para presentar de buen agrado los productos Premium o Superiores.