No he llegado aquí para triunfar. Tampoco para representar a nadie, hablar por nadie ni llevar la bandera de nadie (no me refiero a razones políticas, sino a "representar" a G-Shock, los Collection, Edifice o... yo que se, un Sheen por ejemplo). Por eso empiezo diciendo sin falsa modestia que estoy muy, muy, muy por detrás de todas las grandes personas que se mueven en Casio (embajadores, representantes, comerciales) y, hablando en general, también de las otras marcas. La única vez que me invitaron a un evento fueron en Casio España (¡gracias!) que, con un gran esfuerzo y empeño por su parte -tal como están las cosas en este país, eso no lo descubrimos nadie ahora- se enfrentaron al reto de hacer una presentación seria de algunos de sus productos con fiesta, cóctel y demás, e invitando a un enorme elenco de personas famosas.
Por eso veo desde la distancia, y no sin bastante -pero sana- envidia, cómo los redactores, periodistas y bloggers -a mi me gusta más el nombre de "reportero", creo que se adecúa mucho más a lo que hacemos y, además, es un término más nuestro- de un buen número de publicaciones "se patean" medio mundo con suculentas invitaciones bajo el brazo de un gran número de marcas de relojería. Ayer se van a Florencia para inaugurar la exposición Dive Into Time en el Museo de la Marina Militar invitados por Panerai, la semana pasada a Hong Kong para estrenar la nueva sede de Blancpain, antes en Madrid de la mano de Patek Philippe, y antes en Suiza... y antes en eventos como la inauguración del Museo Omega...
Lo que nunca entendí -porque es de admirar- es de dónde sacan luego tiempo para escribir sus artículos y reportajes en revistas especializadas y webs. Por lo que sé del mundo del motor, lo que hacían algunos enviados especiales que visitaban Salones del Automóvil "de los grandes" como los de Ginebra o Frankfurt, era tener a dos personas, una enviando crónicas y fotos "en vivo" y la otra maquetando, dando formato y cuerpo a lo escrito por su compañero a miles de kilómetros deprisa y corriendo. Porque ese es el principal problema en esta sociedad de la inmediatez en la que estamos inmersos gracias a Internet: que tu crónica de hoy, como en 24 horas no la difundas y publiques, ya ha quedado desfasada.
Recuerdo las revistas antiguas del motor, en donde salones del automóvil te los daban con -y gracias- diez o doce fotografías, pero una enorme cantidad de texto y casi un mes después de su celebración. Hoy no. Hoy tienes que hacer galerías de fotos (veinte, treinta o cincuenta al menos) y escueto texto buscando antes que nada llamar la atención porque (por desgracia o por fortuna) la mayoría de la gente que está interesada en un tema (sea coches, motos, bicis o relojes) tiene mucha información y conocimiento, y se puede caer en el error de repetir lo mismo que ya saben.
Por eso es tan, tan, tan complicado escribir hoy. Por eso la mayoría de marcas (de relojería también) prefieren invertir dinero en una agencia de medios que les cubra las noticias y redacte titulares y lanzamientos, en lugar de dedicarse el propio fabricante a hacerlo. Por desgracia, todo esto ha servido también para que la información de calidad, los reportajes y artículos con cuerpo y contenido, sean también más difíciles de encontrar. Cuando veo que escriben al blog (o lo ponen en los comentarios) lectores que dicen que están navegando por Zona Casio leyendo artículo por artículo en línea descendente, desde los más nuevos a los más antiguos (desde los últimos y hacia atrás) porque encuentran contenidos que no suelen verse ni suelen leer, les entiendo perfectamente.
Quizá nosotros seamos también -como los old-school o los Marlin- una especie en claro peligro de extinción. Hoy los contenidos vienen "pre-formateados", las webs y revistas estructuradas y alimentándose cada día más y más de notas de prensa y de agencias. Los medios de comunicación en donde podías leer noticias con tiempo, pausa y saboreándolas, están desapareciendo cada vez más. A cambio, tenemos esos contenidos en la televisión, en los -cada vez- más demandados canales de documentales y lo que se ha dado en llamar "reality show". A este paso se nos va a olvidar leer como -casi- se nos ha olvidado escribir a bolígrafo.
No lo vamos a cambiar. Ni tú, ni yo, ni probablemente nadie. El cambio está aquí y nuestro esfuerzo por evitarlo va a ser -y es- vano. Porque tal como hoy nada se repara, también se tiende a menospreciar el esfuerzo y los contenidos que demandan tiempo, pausa y atención y en donde el vocabulario de antes, en donde manejábamos una asombrosa cantidad de palabras y sinónimos, se ha ido reduciendo drásticamente. Y eso, el escribir crónicas o reportajes muy ricos, no se puede conseguir de la noche a la mañana. Por desgracia, están desapareciendo esos reporteros que escribían sus crónicas aprovechando sus largos desplazamientos en tren -o en autobús- de provincia a provincia, e incluso de país a país. En sus crónicas vivías también la realidad de la vida, de las vicisitudes y anécdotas del camino por el que transitaban. Eran crónicas apasionadas, con fuerza, vigor y sudor. Es mejor -más cómodo- hacerlo desde un tren de alta velocidad con conexión wi-fi y un rápido y potente notebook o tablet de última generación.
Pero no es lo mismo que antes y mientras llegas, te sientas, abres tu maletín, mochila o bolsa, y quieres empezar, miras a la estación y has llegado. El tiempo ha pasado y no hay nada que hacer. En una hora tienes que publicar lo que sea, "lo que se te ocurra" de prisa y corriendo, y en un suspiro estás en una nueva terminal o alquilando un coche. Claro, ya no necesitas carrete para tu Pentax ni paciencia para darle cuerda a tu reloj. Es solo buscar un enchufe, un enchufe como locos para recargar todo nuestro equipo y nuestros aparatos, y en eso nos pasamos el día. De enchufe en enchufe.
| Redacción: ZonaCasio.com
Supongo que por eso encajanos. Ofrecemos algo distinto al copia y pega que ha redactado la agencia. Que es falso e intangible.
ResponderEliminarBuena reflexión.
Muchas gracias Guti.
ResponderEliminarLa verdad es que tampoco quiero que se vea como culpa de la agencia, que no es culpa de ellas (a ver si se me van a enfadar, que ahora que me envían las notas de prensa... jajajaja!), las agencias cumplen un papel que es necesario en el tiempo en que nos ha tocado vivir.
Por desgracia esta tendencia ha hecho que el trabajo paciente y concienzudo (y metódico y apasionado) de gente que escribe en publicaciones como en tu mismo blog, sea en parte menospreciado. Y no hablo solo de los usuarios, que lectores al menos hay muchos que lo agradecen (sobre todo los que saben lo que cuesta escribir un buen y largo texto, y quien no lo sepa que se acerque a una librería y pregunte cuanto vale una novela corta y luego que medite cuanto paga por leer esos contenidos de autor en blogs como éstos), sino entre las propias marcas y productos. Como -se supone- que todo el mundo sabe leer y escribir, pues mantienen que es fácil hacerlo. Tú bien sabes (al igual que muchos de los que nos leen, por fortuna) que eso requiere no pocos sacrificios, y mientras los "cronistas" que copy-pastean luego salen por ahí a disfrutar de la tarde o de la noche y a tomar unas copas, nosotros hipotecamos mucho de ese tiempo (y a veces sacándolo de nuestras horas de sueño) por ofrecer contenido original.
Por cierto, que tampoco estoy yendo contra los periodistas, la mayoría hace lo que puede en este entorno. A muchos les gustaría poder hacer de reporteros y contar la verdad y lo que sienten y ser sinceros, pero eso no se vende y no les pagan por ello. Una de mis peores experiencias fue cuando estuve en algunas publicaciones y veía a periodistas cargados de ilusión cómo se pasaban horas y horas copy-pasteando o sirviendo notas de prensa endulzadas. Así jornada tras jornada, y hasta en una de esas publicaciones llegué a programar una aplicación para que directamente dieran "click-click" en un par de botones y mandaran la noticia a publicación. Día tras día. Estudias una carrera y acabas haciendo "click-click" para la masa de gente que te visita a miles en un día, y encima que -como en muchos diarios, no daré nombres- tratan a sus lectores como borregos, como analfabetos, les piden al periodista que escriba cualquier noticia (un par de párrafos, no más) con un titular llamativo (en eso sí que se dejan las neuronas, en titulares, que es en lo que más se preocupan los directores y editores) y la gente acude en masa movidos por el interés, como esos anuncios tan populares desde hace un tiempo en Facebook y en redes parecidas: "¡gran descubrimiento para conducir sin combustible! ¡los fabricantes en están en shock!" y en donde todo el mundo sigue pinchando una y otra y otra vez.