Los relojes de resina nos gustan, tienen colores, son muy divertidos... Pero cuando buscamos algo "en serio" acabamos recurriendo tarde o temprano al metal.
Por supuesto, como en casi todo, no se puede generalizar. Hay muchos que se casan con rubias. Pero llevándolo a un símil relojero podríamos decir que muchos de nosotros preferimos modelos de resina, no solo hay más variantes donde elegir sino que, además, suelen ser más ligeros y, sobre todo, más baratos. El único problema es que cuando empiezas a utilizar un reloj de resina ya no hay vuelta atrás: la correa comienza a coger "tu" forma, la caja se desgasta, la resina comienza a brillar debido al pulido constante a la que le somete la ropa, las formas con esquinas en aristas se redondean... Tarde o temprano tu reloj acaba presentando ese aspecto de desgastado. Es normal y comprensible. Forma parte de la vida.
Si te empiezas a dar cuenta de ello y decides parar y guardarlo, la resina de su correa comenzará a presentar ese característico aspecto de exterior blancuzco o negruzco. Y eso si has tenido suerte y la correa no es de un color claro o con una capa brillante de recubrimiento ("glossy"), porque si lo es y te empezó a descascarillar ya no tendrá remedio.
Por supuesto la mayoría conocemos de sobra todos estos inconvenientes, y podemos recurrir a varias soluciones si queremos evitar que nuestro modelo preferido envejezca. Una de ellas es simple: comprar varios. Yo lo he hecho en su día, cuando tuve la oportunidad con el W-720, sabiendo que es el reloj que llevaba prácticamente todo el día (y toda la noche...) en la muñeca.
Lógicamente, esta solución es buena, sirve y más o menos podemos llevarla a cabo con modelos como el mencionado W-720 (o W-202, o cualquier otro similar) sin demasiada dificultad. Pero cuando muchos de nosotros encontramos dificultades hasta para adquirir un G-Shock "del montón", la cosa cambia: ¡como para comprarnos dos!
Todo esto trae como consecuencia que la mayoría nos inclinemos por variantes de resina, incluso las adquiramos, pero que sin embargo para el día a día acabemos recurriendo a relojes de metal, o, al menos, con cajas de metal.
También, cómo no, existen casos de mucha gente que se compra un determinado modelo para llevarlo un verano, y ante esto no tienen ningún problema. Pero adquirir un reloj de diario supone en muchos casos meditar bastante la decisión, y uno de los aspectos que más peso tiene en la balanza para hacernos inclinarnos por uno u otro modelo es: si me gasto determinado dinero, ¿cuánto me durará el reloj? Claro, cuando la decisión se basa en un F-91, la respuesta es inmediata y muy clara: merece la pena comprárselo. Pero cuando la decisión se hace en torno a un Rangeman de 300 euros la cosa cambia bastante.
Y al final resulta que sí, preferimos las rubias, el llamativo color, la ligereza y el precio más barato de un reloj de resina. Pero nos acabamos casando con las morenas. Y es que el metal, sea cual sea el reloj, no tiene rival.
| Redacción: Zona Casio
Pués a mí, desde muy jovencito, siempre me han gustado las morenas (me ponían más) y acabé casándome con una morena, pero que hoy es rubia. ¡En fin!... cosas de la vida.
ResponderEliminarRecuerdo que hace tiempo alguién comentó aquí (no recuerdo quién fué) que le gustaba que los relojes pesaran y recuerdo que yo me dije para mis adentros: ¡vaya tontería, hay detalles más importantes!. Por entonces mis relojes eran todos de resina y pesaban poco.
Pués bien, ahora, ya con más relojes y más experiencia en llevar unos y otros, y sobre todo, teniendo ahora 4 relojes con caja de metal que antes no tenía (los más pesados: el Seiko mecánico y el Casio Edifice) mi opinión ha cambiado.
Sé que a la mayoría de la gente le gustan más que no pesen, pero ahora pienso como aquel comentarista que mencioné antes, ¡me gusta que pesen!. Así siento más el reloj, noto más que lo llevo puesto y eso, para aquellos a los que nos gustan los relojes, no es malo. Por eso la resina ha ido dejando paso al metal, y el color al lustre metálico.
No es que no me gusten los otros, de hecho la mayoría de mis relojes son de resina, pero el metal tiene algo especial... es como lo de las rubias y las morenas, a mi me gustaban todas, pero las morenas tenían algo especial...
Creo que si los recambios de Casio fuera más asequibles, y hubiera más variedad de cajas de acero, no habría que recurrir a políticas tan costosas con el medio ambiente como lo de comprar varios W-720.
ResponderEliminarHa habido buenas aportaciones con las correas reforzadas con fibra de carbono, los armis mixtos, las correas textiles de algunos modelos, o la mejora de calidad en las resinas como en el GW-5000. Lamentablemente, estos avances no se extienden, y entonces llegan los clientes insatisfechos. Imaginaros los que tienen un Rangeman de los nuevos y han pagado cerca de 500€, o los que pillaron un GW-T5030, y ahora la correa de resina ya está para tirar.
Quien se compró uno de aquellos GW-T5030 de mas de mil euros no creo que lo haya hecho para ponerselo, pienso que lo habrá comprado para guardar. Lo de los gulfmaster o rangeman sí es mas grave.
ResponderEliminarTambien pienso que la gente que mira esas cosas no se los compra, se va mas para edifice o prefiere ahorrar para un mrg. Veremos que pasa con los nuevos modelos de metal de G-Shock, los GST, que prometen bastante
Si, tienes razón Peugeot, en que esos GW-T5030 estén posiblemente guardados en su caja.
ResponderEliminarAunque tampoco es garantía alguna, por muy guardado que esté, dudo que resista más de 10 años así, a pesar de que no se use... Menuda sorpresa se llevarán cuando lo saquen, y probablemente se haya partido, y no encuentren recambios para su reloj de 1500€.