Las antenas de las ciudades tienen algo de especial. Son "los árboles" artificiales de la civilización. Todo un paisaje de elementos arquitectónicos a los que pocas veces prestamos atención y que cohabitan y subsisten por encima de nuestras cabezas. Rozando el cielo. ¿Y qué son, todas ellas, en la noche, más que fantasmagóricas formas que extienden sus brazos hacia nuestros sueños, portando las señales de nuestros teléfonos, nuestras televisiones y nuestros receptores de radio?
Sus espectros viajan con nosotros, nos tocan sutilmente, nos rodean, invisibles incógnitas que portan noticias, música, conversaciones... Retazos de vida que pululan y danzan por el aire ante nuestros ojos, sin que seamos capaces de verlas, invisibles. Sin poder ni siquiera percibir su presencia. ¿Qué son, sino series de encuentros y desencuentros de amores lejanos, de hilos perdidos, entrecortados, de historias jamás divulgadas? Planes, ilusiones, esperanzas. Portan la vida de las personas escritas en pulsos eléctricos, como los latidos de un corazón en un mar de sensaciones, en el cuerpo de un ente quimérico.
¿Qué reloj hay que pueda desenvolverse bien en todo ese maremágnum de ondas, que pueda ser capaz de discriminar determinadas de ellas, y como un tiburón mantenerse al acecho y a la escucha? Sí, eso es lo que este imponente modelo de Casio logra realizar.
Lo primero que pensé al poder disfrutar en mis propias manos de él fue: "bueno, esta tecnología noventera estará obsoleta hoy en día", pero por probar decidí activar la recepción en el reloj, encendí mi móvil y cual sería mi sorpresa cuando al coger línea el reloj comenzó a vibrar. Me llevé un buen susto, y me pregunté por qué no podría haber seguido Casio con este tipo de relojes. Son fantásticos. Sin emitir señal alguna su antena es capaz de detectar las ondas de los teléfonos móviles, y resulta increíble comprobar cómo te alerta cuando enciendes o apagas el teléfono, recibes una llamada o un mensaje. Todo ello sin necesidad de emparejarlo en modo alguno, sin emitir radiación, y en un grado de sensibilidad configurable. El Casio VCL-110 es uno de esos relojes en los que Casio hace lo que más nos gustaba ver: soluciones con imaginación para necesidades cotidianas. Es de ese tipo de "relojes-gadgets" que solían lanzar en Casio, como los modelos con detectores ultravioleta o los de gráfico de temperatura, que te comprabas por lo atractivos y curiosos que eran, aunque sus funciones las utilizaras muy de vez en cuando. Eran relojes con los que podías asombrar "al personal", y de hecho a todas las personas a las que se lo he enseñado y han visto cómo funciona este VCL-110 se han quedado asombradas de que existieran relojes con estas cosas.
Otro de los aspectos que más llaman la atención son la multitud de animaciones que Casio podía crear usando para ello tan solo una pequeña cuadrícula dot matrix. Las animaciones no solo acompañan los diferentes modos del reloj, sino que además complementan perfectamente a todas sus funciones. Tiene detalles muy bonitos también, como el icono de la antena, el cual dependiendo de la potencia que seleccionemos en el reloj (su sensibilidad), este icono aparecerá en su pantalla con más o menos cobertura. Otras de sus virtudes son los accesos directos a las funciones de control de la recepción, muy intuitivos, rápidos y fáciles de usar y recordar.
Embalaje original del Casio Vivcel haciendo referencia al tiburón blanco (Carcharodon carcharias). |
Costrucción
Cuando pruebas el reloj uno le encuentra la lógica a que Casio haya optado por una tapa trasera de resina. Su tacto no solo es suave y muy cómodo, sino que además transmite las vibraciones de una manera más notoria que las tapas traseras de metal, y en este reloj la función de vibración es muy importante. Tanto que además de los obvios pitidos cada vez que cambiamos de modo éstos se acompañan también de unas cortas vibraciones cada vez que decidimos trabajar con el intervalo -preconfigurable- de la recepción de radio. Todo eso va poco a poco exprimiendo la pila, y de ahí que de autonomía este reloj ofrezca algo menos de dos años.
Nada mas recibir este llamativo y completo modelo se ha convertido ipso-facto en uno de mis relojes preferidos, porque aúna ese carisma de los auténticos relojes de Casio que mezclaba tecnología y entretenimiento y que tanto nos cautivaba de pequeños. Es un reloj que marca toda una era (la de los primeros teléfonos móviles) y que se merece estar dentro de la historia de los relojes innovadores de Casio por derecho propio. De él parten, y son los herederos lógicos, toda la galaxia de los actuales Bluetooth. De echo éste reloj va incluso algo más allá: es todo un sniffer radioeléctrico.
El armis tiene una parte mixta bastante interesante, en la zona de unión de las asas, compuesta de una fina capa de goma que le otorga bastante comodidad. Es una lástima que no sea íntegramente de acero, porque tendría más durabilidad, pero esos tipos de armis tan específicos en modelos tecnológicamente avanzados -y este lo era- era bastante usual en la Casio de aquella época. No obstante su acabado mate es precioso, y aunque la caja sea de resina pintada, el no tener brillo en la parte de acero logra un conjunto de una homogeneidad ciertamente destacable.
Un aspecto negativo del reloj es que la alerta al recibir una notificación desde el móvil es siempre mediante vibración, y no hay posibilidad de cambiarla y ponerle, por ejemplo, únicamente sonidos. Pero eso también era muy habitual en los Casio de los noventa, en donde el fabricante japonés no se prodigaba demasiado en las características de personalización de sus relojes, y este Casio VCL-110 no iba a ser menos. Prueba de ello es que tampoco se le pueden desactivar las animaciones (que están a intervalos regulares apareciendo en la pantalla, al principio resulta divertido, pero llegan a cansar) ni, por supuesto, tampoco se le puede desactivar el sonido de sus botones. Con todas esas animaciones que menciono Casio quería imitar un tanto los displays de aquellos móviles de la época, pero creo que los superaba: mi móvil de los noventa no ofrecía tantas animaciones.
El VCL-110 Vivcel detectando una notificación desde el teléfono móvil. |
Diseño
El diseño de la caja del reloj está realmente muy bien conseguido, suponiendo todo un acierto y es francamente soberbio. Este reloj no dispone de cuatro botones (dos a cada lado), sino que únicamente tiene dos al lado derecho, utilizando para manejar el resto de sus funciones los botones frontales. Pero a diferencia de otros modelos a los que les falta botones, Casio no intentó aparentar la presencia de pulsadores "falsos", sino que ha utilizado esos espacios para indicar dos de las características principales del reloj: la antena receptora (que no emisora), y la función de vibración.
Además, la caja posee zonas exquisitamente labradas, con partes salientes y enclaustradas dando la sensación de complejidad tecnológica, de instrumento muy futurista.
La botonera principal en la zona frontal es de tacto duro, y no gomoso, con lo que se mejora enormemente la experiencia y comodidad al pulsar sobre sus botones. Simula una especie de botonera de reproductor de música o vídeo, con los símbolos en flecha indicando avance o retroceso, pero es simplemente estético. La denominación de sus etiquetas de "forward" y "reverse" no indican realmente sus funciones (de hecho incluso es contradictorio, ya que el botón donde pone "reverse" sirve como acceso directo para aumentar horas de activación de la recepción, caso de que en algún momento requiramos una activación temporal de la misma, y no para atrasar), sino simplemente señala la denominación que Casio le ha dado a los botones en su denominación interna (el "forward", es el boton "F", el "reverse" es el "R"....).
Aspecto muy interesante es que la mayoría de las leyendas se encuentran grabadas en la propia resina, y algunas incluso labradas en alto relieve (por ejemplo las alusiones a "Antenna" y "Vibrator"), y no serigrafiadas, con lo cual nos aseguramos una mejor durabilidad.
El cristal, de resina, es curvo, aunque no molesta a la lectura se hubiera agradecido un cristal plano que permitiera disfrutar más y mejor del rico y completo LCD del Casio VCL-110, pero ese es otro de esos aspectos negativos que Casio tenía en los noventa, en donde les entró la manía de ponerles cristales curvos y gruesos a la mayoría de sus relojes. Es una lástima porque el horroroso efecto del cristal curvo daña bastante la imagen futurista de este reloj.
La tapa trasera merece mención aparte en el diseño, y es sin lugar a dudas uno de los detalles más impactantes del reloj. No solo su tacto es suave y sus bordes curvados muy cómodos, sino que, sobre todo, la figura del tiburón blanco labrada en ella utilizando un patrón de diseño de circuito electrónico resulta irresistiblemente seductor. Su extraña forma también colabora a esa imagen de complejidad tecnológica, algo muy fácil de lograr con el material de resina con el cual está construida. Es una pena que Casio no recurra más a tapas de este estilo y materiales para sus relojes más convencionales, de hecho el Casio VCL-110 es toda una rareza en este aspecto, dentro de los relojes de la marca japonesa, y su cubierta trasera tan singular fue una solución que no repetiría en casi ninguna ocasión más. Por desgracia.
Esto nos lleva a destacar una evidencia: si alguien quiere o busca un reloj de Casio con tapa de resina y con un módulo completo (que incluya temporizador), sólo encontrará como opción uno de los modelos de la linea Vivcel, ya que los demás de la serie F que poseen este tipo de cubierta llevan módulos muy limitados en funciones.
Alguien podría llegar a pensar que este tipo de tapas labradas no aguantan bien el paso del tiempo, y que su dibujo se desgasta, pero nada mas lejos de la realidad. Todo el que haya usado un F-28, un F-23 o un F-20 (por poner unos pocos ejemplos de relojes con tapa de cierre de resina) sabe muy bien que el dibujo no se desgasta fácilmente. Por supuesto no es lo mismo que una tapa de metal, pero he visto algún que otro Vivcel con un duro trato y muy envejecido, y sin embargo con su parte trasera en un estado bastante digno. Una de las razones es que la tapa va protegida por el propio reloj y nuestro brazo, y el desgaste que sufre viene dado normalmente solamente por el roce con nuestra piel.
El reloj del tiburón blanco
Casio ha tenido sus razones para elegir al tiburón blanco como "mascota" de los Vivcel. De la misma forma que eligió a los peces marlin por su capacidad de resistencia en el océano y sus cualidades nadadoras, o a las tortugas por su resistente caparazón, o las ranas para sus Frogman (en alusión a los "hombres rana", es decir, a los buceadores), el elegir un tiburón blanco tiene unas connotaciones muy interesantes. El tiburón es uno de los animales que poseen características "de radar" (denominada electrorrecepción, siendo los animales mejor dotados para detectar campos magnéticos, del orden de 5nV/cm, por lo que pueden detectar los campos incluso aunque sus presas no se muevan -y no activen las nerviaciones musculares-), aún más allá: son capaces "de ver" el espectro radioeléctrico de todo ser vivo, el campo que emite toda criatura viviente y que para nosotros permanece oculto y que en parte sigue siendo un gran misterio. Gracias a ello pueden guiarse, y detectar presas en la oscuridad, bajo zonas de mar con aguas oscuras o con tormentas, y pueden saber, mediante esa detección, hasta las condiciones de salud del individuo.
Eso es en parte lo que hacen los Vivcel, detectando los campos electromagnéticos y su intensidad, informándonos de un cambio de estado en los mismos. Porque lo útil del sistema del Casio VCL-110 es que no solo nos informa del inicio de llamadas, sino que se activa cuando los campos eléctricos son más intensos, indicándonos de este modo que nuestro móvil está emitiendo radiaciones más potentes, "aconsejándonos" con ello tal vez un cambio a un sitio con mejor cobertura, donde no nos veamos tan bombardeados por ellas.
Lo cierto es que es una tecnología interesantísima, una muestra de los recursos que tenía Casio para ofrecer soluciones muy amenas al alcance de todos. Insisto en que es una lástima que Casio no continuase por ese camino, porque hubiera resultado algo muy cautivador el ver una gama de relojes Vivcel convenientemente actualizados para la tecnología de hoy, compitiendo con sus series con Bluetooth LE. ¿Cual de los dos hubiera preferido la gente, los Bluetooth actuales con su capacidad de interacción, o los Vivcel con su capacidad de rastreo silencioso y sin emitir ondas de radiofrecuencia alguna? Es algo que, lamentablemente, nunca sabremos. Lo que sí puedo decir es que yo, de momento al menos, no me compraría un Bluetooth (no porque no sean interesantes sus funciones, sino porque éstas no las utilizaría), pero sí que me compraría un Vivcel "actualizado".
Especificaciones Casio VCL-110 módulo GSM
- Módulo: 1506 o 1507 (dependiendo de la tecnología).
- Precisión: +/- 20 segundos por mes
- Calendario: Automático hasta el año 2039 (desde el año 1995)
- Tecnología VIVCEL: Función de detección para móviles analógicos, digitales, o ambos a la vez. Intervalo seleccionable, así como grato de sensibilidad (alto o bajo).
- Horario mundial: 27 ciudades (29 zonas horarias), con DST.
- Alarma: Alarma diaria y señal horaria. La alarma se puede elegir entre audible (con sonido) o vibratoria (con vibración).
- Temporizador: de 24 horas con alarma de objetivo seleccionable entre vibración o sonido.
- Cronógrafo: de 24 horas, con dos llegadas.
- Iluminación: EL con figuras animadas en la activación.
- Pila: CR2025, 18 meses de autonomía mientras la función de detección de ondas esté activada 35 horas a la semana. Si se activa durante 56 horas a la semana, la autonomía se reduce a 14 meses. Si se activa 168 horas por semana, la autonomía se reduce a los 8 meses.
| Redacción: Zona Casio | Gracias a Relojería Boucelas
Muy buena prueba y ahora con foto de la luz encendida! ;-)
ResponderEliminarMuy buena y completa review. Lástima que Casio no desarrollara más esa tecnología, quizás hubiera sido una alternativa al BlueTooth en algunos aspectos, más barata y quizás con menos gasto de pila. No todo el mundo necesita todas las opciones que nos da el BlueTooth del reloj, y así, habría quién le bastaría con las posibilidades que le hubiera dado esa tecnología hipotéticamente más desarrollada (por lo que cuentas prometía...) y que tendría un menor costo económico y de energía (pila). En fin...
ResponderEliminarAsombroso. No tengo abjetivos, aún conseguís que Casio me siga sorprendiendo todavía con estos relojazos. Estoy con Francisco, si Casio siguiera con este estilo de relojes y con tecnología propia (porque el chip del Bluetooth que usan según se publicó también en este blog no lo fabrican ellos) seguro que seguiría dando mucho que hablar.
ResponderEliminarHabía oído hablar de ellos, pero sin mucho detalle. La vuestra es una review completísima.
ResponderEliminarQue pasada la tecnología VIVCEL, un nuevo alarde de las posibilidades de Casio
yo hace 15 años tenia un llavero que se iluminaba y vibraba con cada llamada recibida por mi movil.
ResponderEliminarSí, pero no daban la hora, Fustero :D También había las pegatas aquellas que se ponían donde la antena y brillaban con las llamadas
ResponderEliminarQue publicidad la de Nokia de entonces, genial.
ResponderEliminarActualmente no puede funcionar con móviles que trabajen con 2G/3G porque el casio capta señales de 800mhz, pero... resulta que desde 2015 esta frecuencia pasó de ser usada para el TDT a ser utilizada para el 4G. No lo he probado (no tengo 4G) pero creo que este casio puede resucitar de su estado de "cadaver tecnológico" o de objeto de coleccionista y volver a tener funcionalidad en su principal función.
ResponderEliminarMuy buena observación, Ferrero. La verdad es que el reloj es una auténtica frikada, y es impresionante lo que aguanta su pila, yo lo tengo cada día aquí, a mi lado, y cada vez que lo veo no puedo menos que sentir añoranza de este tipo de cosas tan imaginativas que hacía la Casio de antes.
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