¿Es el Casio AE-2000 el sustituto natural de los Marlin?

Quien busque, rebusque y más busque entre el catálogo de relojes que ofrece Casio en la actualidad para dar con algún sustituto de sus Marlin, seguramente acabe, más tarde o más temprano, terminando tropezando una y otra vez ante el mismo muro: el AE-2000. Este reloj, que dio por finalizada -al menos hasta el momento- las series de los LCA de Casio actuales (sin contar el AE-1300 que bien sabéis poco tiene que ver con los históricos AE), llevó esta gama de relojes a una nueva dimensión. Tal es así que no se le puede negar que posee mucho de los elementos comunes que tenían algunos de los Marlin de antaño, y que podría ser el más firme candidato para tomar el testigo de aquellos míticos relojes. De hecho, tiene muchas características que lo hacen muy cercano a ellos: todas las leyendas protegidas bajo el cristal o grabadas, no serigrafiadas; bisel protector, cristal plano y compuesto de mineral duro, reverso de las correas anti-impactos (como los G-Shock), y recubrimiento metálico (acero inoxidable) en el frontal, para proteger a la caja de arañazos. Sin olvidar la cada vez más rara cualidad de encontrar relojes con una resistencia a la sumergibilidad de 200 metros que no sean G-Shock. Y éste aguanta esos metros.

Pero no acaba ahí la cosa, la construcción de su módulo es también digna de reseñar, y podemos destacar algunas de sus virtudes. Casio estrenaba en ellos un nuevo sistema LCD de 235 segmentos de gran densidad. De hecho este sistema es tan bueno que lo ha reutilizado para sus últimos G-Shock, los GD-400. Con el fin de dotar al reloj de una estructura más fiable y de una facilidad de lectura mayor, decidió elegir segmentos en lugar del habitual dot-matrix (que sería la solución más lógica) para visualizar el día de la semana, que es de tres letras. De hecho en Casio al lanzarlo estaban tan contentos con él que le acuñaron un nuevo término (ya sabéis que históricamente en Casio son bastante propensos -por fortuna- a ponerles slogans o "motes" a sus relojes, que definan en pocas palabras lo que son), le llamaron (a él, y a todos los que heredan su módulo) el "Smart Power". Podría traducirse como "potencia inteligente", o poderío inteligente.

Aunque no es tan impresionante, la trasera de un AE-2000 no tiene nada que envidiar a la de un G-Shock.

Siguiendo hablando de las virtudes de su módulo, éste "estruja" la energía de su pila (una gigantesca CR2025) hasta los diez años de autonomía, e incluye un display LCA central, cronógrafo y temporizador de 24 horas, horario mundial y posibilidad de silenciar sus botones. Como en los Casio de antes, en los primeros Casio (en los Casio de siempre, en suma), la notificación de activación/desactivación de funciones se realiza mediante las antiguas marcas. Ni iconos, ni leyendas, ni textos. El LCD está muy bien estructurado. A diferencia de otros modelos como los AE-1000, en el AE-2000 sus dígitos apenas están inclinados, son fáciles de ver, rápidos de leer.

Solo hay dos cosas en las que este reloj no pasa por ser un Marlin, lamentablemente. O, mejor dicho, que le impiden ser un Marlin: una de ellas es carecer del pez vela. Una lástima. La otra... su caja redonda. Ya sabemos que Casio (sobre todo en este tipo de relojes con cristal mineral y bisel sobredimensionado sobre el plano del mismo cristal) busca la resistencia estructural de ese cristal haciendo que adopte una forma más redonda en lugar de cuadrada o rectangular (los cristales redondos soportan mejor los impactos, al repartir más uniformemente la fuerza de choque hacia los extremos y al resto del cristal), pero deberían haber sacado una alternativa al menos con una caja cuadrada para delicia de todos los amantes de ese otro estilo. Aparte de eso, este es uno de los mejores relojes que jamás haya hecho Casio, y sin lugar a dudas uno de los que mejor relación calidad-precio tienen en la actualidad. Es todo un acierto en la compra para quien lo adquiere, porque por poco dinero consigue un reloj que casi está a la altura de un G-Shock. Por desgracia al AE-2000 no se le valora tanto como se le debería, porque es -siempre lo fue- un reloj sublime. Un acierto total de Casio.






| Redacción: Zona Casio