Hace pocos días conversaba con un relojero y me decía que nunca como hasta ahora se habían vendido tantos F-91. De hecho confesaba que se vendían como rosquillas. Es difícil encontrarle la explicación a ésto simplemente en lo que algunos llaman "el efecto carbonero". Hace uno o dos años el tirón de los vintage sí que pudo hacer (y de hecho, hizo) que las ventas de los Casio más asequibles aumentaran como la espuma, pero a estas alturas es difícil que esa sea la única explicación.
El motivo tiene más que ver con la crisis. En España, principalmente, pero también en Italia, en Grecia y, por supuesto, en Portugal. El descenso del poder adquisitivo y, con él, el descenso de las ventas (y es muy fácil de comprobar viendo las estadísticas), ha hecho que los que antes adquirían relojes de gamas más altas, como Edifice, ahora tengan que buscar el reloj más barato posible. También se explica como un segundo reloj (incluso en aquéllos en donde ni siquiera pueden gastarse el dinero en una pila para cambiársela a su reloj habitual), y es que los Casio de las series F y W -y, lógicamente, muchos de los G-Shock-, por su robustez y fiabilidad, siempre han sido "los relojes del obrero". Y ahora todavía con más razón.
Pero por supuesto que se venden los relojes más caros. De hecho, son los relojes de más lujo y más exclusivos los que no han visto reducidas sus ventas, más bien al contrario. Por ejemplo, el GW-A1000 es uno de los modelos de G-Shock más vendidos (en muchas tiendas han agotado el stock), y eso a pesar de ser un reloj cuyo precio gira en torno al medio millar de euros. Pero es que los que poseen dinero siguen ganando mucho y beneficiándose enormemente con la crisis. Mientras otros lo pasan muy mal, otros pocos afortunados lo pasan, sin embargo, mejor que nunca. Esto explica también que mes tras mes marcas de lujo como BMW o Audi batan sus propios registros, y mientras el sector del automóvil languidece en los turismos, ellos, los denominados "vehículos premium", vendan más que nunca.
En el término medio se encuentra la clase obrera. Los que antes podían, no sin algún que otro sacrificio, adquirir un reloj de gama medio o alta. Pero ahora tienen que buscar las gamas más baratas. Las series F y W son las más socorridas. Sin ellas, tendrían que irse a relojes "basura", cuyas marcas ni siquiera nombraré.
Pero, comos siempre, Casio ha tenido una respuesta para ellos. Ha sabido ver muy bien esta problemática, leer el mercado, y el año pasado nos regaló el W-202. Este magnífico y completo reloj es muy barato, pero incluye un magistral módulo para que el usuario pueda aprovecharlo al máximo. Y hace pocos días el fabricante nipón volvió a hacer un movimiento magistral, lanzando los W-215. ¿Que no puedes comprarte un G-Shock? ¿Que en tu casa sufren las penurias del desempleo, de la falta de perspectivas, y necesitas un modelo de reloj cuyo diseño robusto y fiable no haga palidecer la escasa economía que tienes para sobrevivir? No te preocupes. El W-215 viene a ayudarte. Su diseño "a lo G-Shock", su más que probado módulo y su estilo innovador hace que, por muy poco, puedas tener y disfrutar de la sensación de un Casio "de los grandes".
Lógicamente, no es un G-Shock, ni tiene nada que ver con un Pro Trek, pero te permite tener muchas características de sus diseños y apariencias que, de otro modo, no podrías tener por motivos simplemente monetarios (dinero, siempre el dinero...). Casio generaliza sus diseños, los hace asumibles y asequibles y, en estos tiempos tan duros, también aporta su granito de arena con quienes lo pasan mal. No todo es glamour. La línea más básica es, por eso, por todo lo que inspira y representa, una de las que más admiramos aquí.
Sabemos que normalmente no le reporta grandes beneficios, pero sus relojes cumplen un importantísimo papel social. Son los únicos que muchos niños, ancianos y desempleados pueden comprarse. Y es por eso que es la línea a la que guardamos la mayoría de nosotros, que día a día intentamos salir adelante, un gran cariño.
| Redacción: Zona Casio
Que gran articulo. Leyendo este blog cada vez que salgo con un f o un w de esos que antes me parecían una porqueria, parece que llevo el mejor reloj del mundo. Estoy cien por cien de acuerdo.
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