Estamos asistiendo a una crisis monetaria, de deuda, muy importante. Por lo menos en Europa, se ha pasado del derroche más absoluto de hace no tantos años, a una precariedad que sitúa a muchos de sus habitantes a la altura de algunas regiones empobrecidas de África. Las cifras que dan ONGs (los gobiernos ya ni se atreven), sitúan a países como España con unas tasas de pobreza generalizadas, con niveles insoportables para muchas familias. El paro (con casi el 25 % de la población en edad de trabajar sin empleo) alcanza a todo tipo de personas, gentes que vieron cómo su mundo se les hundía en apenas unos meses.
Esto ha hecho que cambien los hábitos para muchos. Porque, como si todo eso fuera poco, hay que añadir los recortes sociales, que hace más profunda la brecha entre ricos muy ricos y pobres cada vez más pobres.
¿Quién no conoce a personas que lo están pasando mal, bien en su ámbito familiar o círculo de amistades? Yo conozco a muchos. Y la crisis ha hecho que muchas cosas estén cambiando. Y Casio está ahí. En realidad, Casio nunca dejó de prestar "servicio" a la gente que lo pasa mal, desde "currantes" que han visto cómo los otros relojes que estrenaban se les deshacían en las manos, y que sólo G-Shock aguantaban su ritmo, a marginados que sólo podían alcanzar el nivel económico de los F-91W o W-59.
Nerea (los nombres, por privacidad, no son reales) es una de las que conozco que ilustra gráficamente todo ésto que digo. Ya hace tiempo que tiene olvidado su Lotus en una caja: "cada dos años una pila, no estoy como para tirar el dinero". Por si eso fuera poco, el cierre de su carísimo reloj le duró un suspiro. En su lugar tiene desde hace tiempo un "PopTone" de Casio con pila de larga duración. Nada menos que diez años de energía. Ya no quiere oír ni hablar de los lujos de los cambios de pila. Mucha gente ya ni éso se puede permitir.
Otro buen ejemplo es Oscar. Se ha quedado sin Internet, y ahora sólo puede acceder al correo electrónico gracias a los puntos de acceso gratuitos que ofrecen algunos ayuntamientos. El problema es que sólo permite la conexión por media hora al día, por lo que hay que aprovechar cada segundo. Para ayudarle a controlar ese preciado tiempo dispone de la ayuda de un fiel Data Bank. Con el temporizador a treinta minutos, únicamente tiene que activarlo y listo. Además, como muchas veces está al aire libre, su reloj (sumergible hasta 50 metros) aguanta las inclemencias del tiempo con él sin ningún problema.
Alberto ha decidido ir un poco más allá. Tiene un Tough Solar con pulsera metálica. "Cuando me compré mi titanio de Viceroy, jamás creí que lo acabaría sustituyendo, pero al darme cuenta de que cada vez tenía menos dinero decidí cambiarlo por un solar". Si las cosas siguen yendo mal, él al menos no tendrá que preocuparse de que su reloj le falle: "lo uso en los exámenes, y en las últimas oposiciones que hice. No te dejan tener el móvil encendido, así que uso el cronógrafo del reloj para saber el tiempo que me queda".
La crisis, esta lamentable crisis, no es sólo económica. Es también de valores. Muchas personas se sienten solas y desprotegidas porque, habitualmente, la gente se refugia en sí misma intentando proteger lo poco que les queda. Muchos están tan sólos (han emigrado sus amigos o familiares en busca de una mejora de vida) que sólo les queda la esperanza de que el futuro les dé una nueva oportunidad. Son gente que han descubierto que "por cuatro céntimos" pueden tener un gran reloj, y que han acabado aparcando sus "comepilas" de Breitling o Tissot. Son gente que han descubierto que en esta guerra caníbal de los mercados, en donde, "sin comerlo ni beberlo", se han visto inmersos, tienen que prescindir de lujos que antes les parecían impensables, como una conexión a Internet.
Y cuando ésto pase, muchos seguirán fieles a los relojes que les han ofrecido tanto por tan poco. A Casio ya no la abandonarán. Tal vez un Edifice, tal vez un G-Shock si las cosas mejoran, pero lo tienen claro: ya siempre Casio.
| Redacción: Zona Casio
Increíble la primera foto. Incomensurable.
ResponderEliminarFenomenal reportaje, sí señor. En efecto, donde se necesite un buen reloj allí está Casio.
ResponderEliminaryo cuando voy por ahi con mi humilde 5600 me siento como si llevara un jaeger de un millon de dolares,. hay que agradecer a casio el que siga fabricando relojes asi
ResponderEliminarEso sin contar los que los usan para tomar sus medicinas, controlar las comidas... Quien piense que un reloj a dia de hoy no tiene utilidad no sabe de lo que habla.
ResponderEliminarCurioso el casio de la foto. Me imagino que el aspersor de agua es para los gases lacrimóngenos de la policía, no?
ResponderEliminarLamentablemente historias asi cada vez son más comunes
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