Se suele hablar mucho sobre la relojería europea, y su nacimiento y expansión, gracias principalmente a los monasterios, pero poco se suele tratar sobre la expansión de la relojería "en el Nuevo Mundo", es decir, en América.
Cuando los jesuitas llegaron a Sudamérica en 1549, se encontraron con dos formas de sociedad totalmente enfrentadas. Por un lado, los caciques venidos de Europa con grandes plantaciones que explotaban a los indígenas, y por el otro los tratantes de esclavos llamados "bandeirantes" por su origen, principalmente portugués, que asaltaban las poblaciones indígenas en busca de los hombres más fuertes y de las mujeres más atractivas para venderlos como eso: como esclavos.