El éxito del GA-2100 de G-Shock con su estética del Royal Oak de la firma suiza Audemars Piguet ha sido tan brutal, y ha sorprendido hasta tal punto a Casio, que los nipones parecen haberse vuelto ciegos y se han puesto a lanzar relojes con ese frontal hasta el punto de llegar a ser odiosos. Dicen que lo bueno, si es breve, dos veces bueno, y que hasta de los mejores manjares uno se acaba hartando. Y eso es lo que puede ocurrirles con ese diseño: van a saturar tanto de él, que la gente acabará odiándolo.
En Baby-G lo han metido en el MSG-W350, en G-Shock se lo han puesto además al bisel del nuevo MTG-B2000, y no contentos con ello, ahora también lo llevarán dos modelos de Edifice, ni más ni menos: el EQB-1100, y el EFS-S570. Yo entiendo que en Casio hayan querido aprovechar el tirón y ofrecer ese diseño en cuantos más relojes mejor, y cuanto más caros mejor, pero..., ¿en serio era necesario que todas las líneas ahora tengan ese mismo frontal?