Parece que fue ayer, pero en realidad fue en febrero de este año cuando G-Shock lanzaba sus modelos con bisel bicolor, los DW-5610SU, que presagiaban un enorme éxito y que, a pesar de ser toda una innovación, no supusieron el impacto que se les esperaba. Quizá por el desacierto de vender todas sus variantes invertidas. Ese mismo mes también llegaban los GM-6900, modelos de edición limitada que tenían la particularidad de ofrecer un bisel metálico por primera vez en un 6900, combinándolo con una caja de resina. Casio los publicitaba como "relojes con caja de metal", aunque en realidad - ya lo dijimos varias veces - no eran del todo así.
En ese mes se presentaban también los nuevos Fishing Gear, llamados a ir renovando la gama de los OutGear, con la incorporación, por primera vez desde hacía mucho tiempo, de un nuevo modelo íntegramente digital: el WS-1200. Por desgracia Casio volvió a caer de nuevo en errores que repetiría constantemente a lo largo del año: no distribuyó todas sus variantes a nivel global. A Europa de hecho, de las tres disponibles solo trajeron dos, dejando por en medio la variante azul marina que, curiosamente, sería una de las más atractivas para el público de este tipo de relojes (gente que le gusta la pesca, el mar o los ríos). Craso error que los nipones ignorarían totalmente.