Cuando hablamos de modelos Edifice totalmente digitales, enseguida nos viene a la mente el EFD-1000. Pero no fue, ni mucho menos, el único modelo en presentar un display totalmente digital con una caja realizada íntegramente en metal (acero inoxidable, en el caso que nos ocupa). Antes que él hubo unos cuantos (bastantes), y a ellos vamos a dedicarles éste artículo. Todos ellos son de principios de la década del 2.000, por lo que, a pesar de tener algunos años, no son tampoco muy lejanos en el tiempo (atendiendo a la historia de Casio, Edifice no puede decirse que sea una gama muy antigua, si la comparamos por ejemplo con G-Shock o con los HD). Algunos de ellos tenían módulos heredados de otras series (como la F o la W), de estas últimas incluso con pilas de larga duración (10 años), y que luego veríamos -salvando las distancias- en algo parecido a los F-201. Pero en los Edifice este módulo iba más allá: cuenta regresiva de 24 horas (con repetición), cinco alarmas, temporizador de 24 horas, y lo que es más importante: caja de metal con las leyendas grabadas o/e incrustadas bajo el propio panel de cristal -mineral, por supuesto, recordemos que estamos hablando de Edifice-. Algunos de dichos módulos tenían otra particularidad excelente, y es que su filtro polarizador, al contrario que en otros relojes (como en el propio EFD-1000), era "limpio", no poseía ningún tipo de decoración, algo muy útil en aquéllos casos que queramos cambiarle el color o que, por efectos del paso del tiempo, el filtro se queme y tengamos que sustituirlo.
Estas versiones eran las EFD-104 (módulo 2610), caracterizadas por una caja limpia, muy clásica, y redonda; las EFD-105, muy parecidas a las anteriores, pero con la caja grabada con las leyendas de las funciones de los botones, y que compartían, además del mismo módulo, correas y armis. Es decir: las correas y pulseras eran intercambiables entre una y otra.