Los armis son una gran solución en el mundo de la relojería. Son duraderos, fiables, y con un poco de cuidado pueden usarse con seguridad durante muchos años. Quizá su parte más endeble sean los cierres, pero por lo general en Casio - y a diferencia de otros fabricantes - tenemos cierres muy robustos ya desde sus gamas más bajas.
En el fondo, los armis no son más que la evolución de las cadenas con las que antaño se sujetaban los relojes de bolsillo al cuerpo. Se puede decir que las correas, por contra, son bastante "recientes", y nacieron casi a la par que los relojes de muñeca para hombres (los pilotos sujetaban las cajas de sus relojes con bandas de tela), sin embargo las mujeres llevaban los armis como si fueran pulseras de adorno y el reloj, entonces, formaba una parte, era una pieza más, de todo ese conjunto.
La popularización de la relojería masculina de muñeca hizo que se buscase una mayor comodidad, pasando a utilizarse distintas bandas tejidas, el cuero, y luego las resinas.
Aún así el armis nunca ha dejado de estar presente, por razones obvias. Su durabilidad, robustez, y fácil mantenimiento lo hacen ideal para quien busque un producto muy longevo. Pero el precio que hay que pagar a cambio suele venir en forma de molestias, rozaduras, e incluso heridas en la piel, bien sea por presión, o al arañarnos con él.
El armis, a diferencia de las correas y de otros sistemas, es más difícil de ajustar y acomodar a las medidas de determinadas muñecas. Paradójicamente esa es una parte vital para su seguridad y nuestra comodidad. Un armis flojo hace que los pasadores sufran más, tiendan a desgastarse por las constantes tensiones y, a la larga, se lleguen a partir y podamos perder el reloj, sobre todo en aquellos modelos de cajas muy pesadas.
Por el contrario, un armis demasiado ceñido nos dejará marcas, se ensuciará más al no permitir que se evapore con facilidad el sudor y, cuando nuestra muñeca se dilate en épocas estivales o días calurosos, nos puede producir picor o abrasiones. Si no se tratan, esos daños pueden derivar en problemas de piel mucho más graves.
_Armis molestos_
//Llevar un armis incómodo no es solo algo insufrible, sino que puede acarrearnos molestas heridas en la piel e, incluso, graves traumatismos si con un movimiento brusco (por ejemplo una caída) el reloj o el armis se clava en el reverso de la mano.//
Como decíamos, la mayoría de heridas se producen por presión o por rozamiento. En el primer caso los bordes del armis se incrustan en nuestra piel, cosa que suele ocurrir cuando mantenemos posturas forzadas sobre el reloj (por ejemplo al dormir), o cuando llevamos éste demasiado ceñido, o nos quedamos un rato con la muñeca en flexión (por ejemplo al sentarnos o ante el ordenador).
En el segundo caso, la herida se produce por una constante abrasión que nos deja quemazón sobre la piel, arrancándonos la capa superficial de la misma, y dejando al aire una característica llaga, muy molesta, y que suele ir acompañada de urticaria o picor.
Si bien la mayoría de las veces esos daños desaparecen por sí solos, simplemente alejando el reloj de esa zona y refrescando brevemente la piel con agua, en otras ocasiones el daño puede ser tan grave que debamos quitarnos el reloj, y recurrir a alguna crema tópica curativa, como es el caso de los preparados a base de áloe vera, o protectiva que reduzca el dolor por contacto, como es el caso de la vaselina.
Si este tipo de daños son muy esporádicos, no debemos preocuparnos, ya que en determinados armis es hasta normal. Basta que prestemos más atención a determinadas posiciones, o incluso que no forcemos la muñeca cuando llevamos puesto ese armis.
_Armis molestos_
//Debemos elegir el reloj con armis como elegimos unas gafas o unos zapatos: que se pueda adaptar a nuestra muñeca, a su forma y a su tamaño, cómoda y suavemente.//
Sin embargo, si estas molestias son más constantes, deberemos actuar lo más pronto posible para evitar daños y disgustos mayores. Unas recomendaciones genéricas y básicas cuando sufrimos de "armis molestos" es no dormir nunca con el reloj puesto, ya que las posturas en las que el cuerpo presiona contra el armis pueden producirnos lesiones, o agravar las que ya suframos. Suele ser también una buena práctica la que antiguamente tenían la mayoría de quienes poseían reloj, que era un bien muy preciado y había que cuidarlo con mucho cariño. Consistía simplemente en, al llegar a casa, quitarnos el reloj y dejarlo en un sitio aparte. En nuestro caso, y gracias a que los relojes son hoy en día muy asequibles, podemos cambiarlo y ponernos un reloj ligero de resina que sea más llevadero y pequeño.
No obstante, si pasamos fuera de casa el mayor tiempo del día, quizá esa solución no sea una alternativa que nos resulte útil.
Por último, pero no menos importante ya que es vital, es elegir un buen armis. No todas las cajas de reloj van bien con todo tipo de armis, y viceversa: hay cajas de reloj que les va mejor otros armis, e incluso hay determinados diseños de caja que, simplemente, no admiten armis alguno puesto que aunque pudiésemos colocárselos, sus asas tienen una forma tan deportiva o rebuscada, que nos podría llegar a producir cortes, pellizcarnos o pincharnos.
Tampoco debemos olvidar que, según el tamaño de nuestra muñeca, hay formas, diseños y tamaños de cajas de reloj que nos irán perfectas con un determinado armis y, sin embargo, ese armis que nos resulta tan cómodo, puede ser insufrible si lo colocamos en otro tipo de caja de otro tamaño. Con esto ocurre un poco como la ropa de mujer, o los peinados: esa minifalda puede venirle genial a una modelo, y cuando otra chica se la pone quedarle ridícula. O como las gafas: una montura que le veamos a Tom Cruise nos puede encantar, pero si nosotros nos la ponemos, con nuestra forma de rostro nos puede resultar un espanto.
Por desgracia, ese tipo de aspectos se tienen muy en cuenta a la hora que elegimos gafas, vestuario o peinados, pero no lo tomamos en consideración al elegir reloj. La mayoría elije un reloj porque le gusta, pero sobre todo si es con armis, no se detiene a pensar si su caja, diseño, forma y tamaño de eslabones le van bien a su muñeca y a su constitución.
Es cierto que, al menos en parte, un mal armis podemos hacer que nos quede medianamente cómodo gracias a sus ajustes. En este caso no solo es importante ajustarlo en sus eslabones al tamaño de nuestra muñeca, sino luego, a continuación, hacer uso de los microajustes. Cuantos más microajustes lleve un armis (algunos llevan solo dos, y otros llevan hasta cuatro) mejor se podrá acomodar a nuestro cuerpo.
_Armis molestos_
//No todo el mundo puede llevar todo tipo de armis. A veces un armis nos resulta muy cómodo en una determinada caja de reloj, pero incómodo con otra caja de diseño diferente.//
Pero para ajustar un armis no basta con medir nuestra muñeca e ir quitándole eslabones, ni mucho menos. Los eslabones siempre tienen que retirarse equilibradamente: si de un lado le retiramos dos, en el otro deberemos retirarle también otros dos. Si esto no nos viene bien, lo mejor, y aunque nos dé más trabajo, es retirarle uno a cada lado.
Si en nuestro caso nos vemos obligados a retirarle eslabones impares, el que sea impar deberemos hacerlo en el lado de flexión del cierre que, en el caso de Casio, coincide con el pivote de la lámina de pliegue, ya que así ese lado con más eslabones quedará menos flexible por el propio efecto del sistema de cierre.
Tras proceder a la retirada, una vez en la muñeca deberemos usar los microajustes, de tal forma que el armis no nos quede ni muy flojo, ni muy ceñido. En el primer caso nos puede producir pinchazos o cortes y, en el segundo, abrasiones y picores. El microajuste debe ser tal que permita la introducción de un dedo bajo el armis - con armis cerrado, se entiende - sin dificultad. El armis nunca debe "bailar" ni colgar, mucho menos debe dejarnos marcas por comprensión. Si al retirarnos el reloj vemos el armis "dibujado" en la piel, es que tenemos un reloj mal ajustado.
Sobra decir que, como mencionamos arriba, a veces hay armis que combinan con cajas de reloj que no están hechos para nosotros, sea por su diseño, tamaño o configuración, lo mismo que hay zapatos que no son de nuestro número. Es cierto que un buen ajuste puede paliar en gran parte ese inconveniente, pero si ni así se soluciona, no te empeñes en cargar con un armis incómodo y que no se ajusta bien a tu muñeca. En ese caso quizá sea mejor recurrir a opciones de correas o, si quieres una alternativa de metal, usar milanesas u otras variantes de armis, como los extensibles. Si quieres usar una mezcla de ambos, no olvides que también tienes variantes de armis de composite, cuyos eslabones poseen laterales con menos aristas y de contornos más suaves, que pueden ser la solución para algunos casos.
Sea como fuere, llevar un reloj que nos tortura es como llevar con nosotros un cilicio, es algo insufrible y molesto. Un reloj debería adaptarse a nosotros y ser cómodo y funcional, si esto no es así, tal vez deberíamos contemplar la posibilidad de cambiar de pareja y elegir otra a la que le gustemos más.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Excelente post y con una idea super-original que nunca había visto antes.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Fíjate, es verdad, hay muy poca información al respecto y sin embargo, todos los que hemos tenido armis incómodos hemos sufrido.
EliminarUno se pregunta a veces cómo con unos armis te sientes tan genial, y otros son insufribles. Y es que unos pocos milímetros en el tamaño de los eslabones - para más o para menos - a veces tiene unas consecuencias notables para lograr que te quede como un guante, o que no le encuentres "la postura" ni a tiros.
Totalmente, yo que soy de armis encuentro que los que sientan bien es lo más cómodo. Pero los que no, porque rozan, porque son depilatorios, porque los eslabones no flexan lo suficiente, o por lo que sea, resultan insufribles.
Eliminar"depilatorios", qué buena definición, es verdad! A veces en los armis creo que prima más la estética que la funcionalidad, y eso lo acaba pagando el pobre usuario.
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EliminarLo que cuesta conseguir un armis de casio.Para ciertos modelos es misión imposible.GRAN ARTICULO!!
ResponderEliminarLos microajustes deberían ser ley en todos los relojes con armis. Y por lo menos que vengan cuatro. No entiendo cómo hay modelos y marcas, algunos muy caros, que no traigan está solución tan práctica. Especialmente para los que somos medio maniáticos con el ajuste preciso de un reloj a tal punto que la ausencia de estos hace que desista de una compra
ResponderEliminarAsí es. Los microajustes son esenciales en un armis, antes era muy habitual ver cuatro, ahora si ponen dos ya puedes dar gracias... No sé cómo a los fabricantes les cuesta tanto poner cierres con microajustes.
EliminarTotalmente! Yo soy de los que se le hinchan las muñecas con el calor y para mí el micro ajuste es básico, lo cambio al menos un par de veces al año
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