Uno de los detalles de los relojes analógicos más bonitos es ver el día de domingo en rojo. Es una evocación, un recuerdo, a los tradicionales calendarios de papel, en donde se le daba un protagonismo y se le hacía destacar al domingo enfatizándolo con el color rojo. En unos tiempos en donde la incorporación de colores era una rareza (podríamos decir que el mundo, al menos editorial, estaba compuesto de niveles de grises) ver un color diferente era muy atrayente.
Con el paso del tiempo se irían añadiendo más colores, algunos días en grises, y sábados en color verde o azul. También hay calendarios de reloj con el día sábado en azul, lo que los hace más especiales todavía.