Los días crecen, y es un hecho de perogrullo, ya lo sé, sin embargo hasta que no empecé a utilizar diariamente un guardatiempo con reloj solar no me he dado cuenta de la evidencia de este cambio de una forma ni de una manera tan detallada.
No deja de ser una llamativa curiosidad el ver cómo, jornada a jornada, vamos teniendo más horas de luz desde el solsticio de invierno (los que estamos en el hemisferio norte, claro, los que estáis en el hemisferio sur experimentaréis todo lo contrario, y si disponéis de función de horario solar en vuestro reloj estaréis viendo cómo la noche se os acerca a pasos agigantados).