Más de 12.000 (que se dice pronto...) falsificaciones de relojes G-Shock y Baby-G (tan burdas y escalofriantes como las que veis en la fotografía) ha requisado la aduana de Guangzhou (China), en el marco de una operación de hace unos días que se ha saldado con un bloqueo y requisado de unos 80.000 artículos, todos ellos falsificaciones de diversas firmas y marcas famosas (zapatillas Nike y Adidas, maquillaje Maybelline, e incluso aceite para motores que simulaba ser aceite oficial Honda, etc.).
Estos productos estaban destinados a la venta a partir del mes de agosto, e incluían falsificaciones del embalaje y de las marcas comerciales. Aunque, por supuesto, la noticia es buena, nos da una idea del enorme volumen de negocio que mueven ese tipo de estafadores, y de que siendo importante requisar la mercancía -que lo es-, lo verdaderamente valioso sería que dieran con las redes que ponen en la calle este tipo de productos, y los responsables de fabricarlos. Claro que con las factorías de todo tipo que hay en China esa es una tarea ingente. Porque todos esos miles de relojes no engañarán ya a nadie, pero su producción y retirada (de los plásticos y las pilas, principalmente) tiene un coste medioambiental que tampoco hay que despreciar.
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