Hace poco nos asombrábamos del trabajo de Neutrino modificando el hardware de una calculadora de Casio, añadiéndole un display LED, e incluso conectividad Wifi, en un alarde de ingenio y miniaturalización. Pero la repercusión ha sido tanta - ya rondaba el millón de visitas su vídeo en Youtube - que al modder le ha salido, en cierta manera, "el tiro por la culata", o más bien ha sido víctima de su propio éxito. Y es que a Casio no le ha hecho ni pizca de gracia que retocaran tanto, y tan profundamente, una de sus calculadoras.
Hay que reconocer que, bueno, lo que hizo la compañía Casio es bastante comprensible. Uno de los principales usos de sus calculadoras se centra en el entorno educativo, y grandes esfuerzos - tanto de personal, de desarrollo, como de inversiones - han hecho desde la firma japonesa para que pudieran ser aceptadas entre los estudiantes, y que éstos pudieran usarlas en sus exámenes. Si ahora empieza a correrse la voz de que podemos modificar una de sus calculadoras para hacerla un instrumento poco menos que "de espionaje", la base de su negocio, o uno de su conjunto de clientes más fuertes en el mercado, el académico, puede venirse abajo. Y si eso ocurre el estudiante sufrirá las consecuencias, y en suma todos sufriremos - porque tampoco la marca podrá invertir lo que invierte en desarrollo de nuevos y más atractivos productos -, pudiendo llegarse hasta el extremo de que en muchos centros educativos se prohíban el uso de calculadoras, por temor a sus modificaciones.