En España el Consejo de Ministros acaba de aprobar la nueva ley de pago de la compensación por copia privada, una forma de decir que es un impuesto más para lucrar a los lobbies y entidades que han ido perdiendo protagonismo (y negocio) con la aparición de las nuevas tecnologías.
Ahora por cada dispositivo que se adquiera habrá que pagar a revistas y periódicos (tanto digitales como en papel) un canon, siempre y cuando se publiquen por una editorial legal (lo que excluye la autopublicación y los bloggers, por ejemplo) y con una extensión de al menos 24 páginas. Los editores de periódicos y revistas recibirán a partir de ahora un auténtico maremágnum de ingresos por esta vía, ya que cada vez que adquiramos un pendrive, disco duro, ordenador, smartphone o similar, estaremos pagándoles a ellos como si comprásemos también sus revistas (aunque jamás las vayamos a leer, ni siquiera a tener).
También se han actualizado los tipos, subiendo enormemente el canon que pasa en el caso de los smartphones de los 1,10 euros actuales, hasta los nada menos que 3,25 euros. Los ordenadores pagan casi 6 euros a las editoriales/discográficas/músicos, y los discos duros de más capacidad (de hasta 6 TB) pagarán 7 euros de canon. Como novedad, se añaden los relojes inteligentes, como smarbands, smartwatches y "todo lo que tenga memoria de almacenamiento", con un canon de 2,50 euros.
Lo más irrisorio del asunto es que a pesar de que estemos pagando cada vez que compremos esos aparatos por música, revistas y periódicos, si queremos adquirir luego esa música, revistas o periódicos, tengamos que pagar su precio otra vez.
Por supuesto, este nuevo decreto ha sido muy bien recibido y aplaudido por las asociaciones y entidades del sector como Agedi, AIE, Aisge, Cedro, AMA y Egeda, que ven cómo les seguirá lloviendo el dinero sin tener que mover un dedo.
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