Título: La niña del mar.
Autor: Ramón Villeró.
Fragmento:
Mientras les hablaba, una muchacha del grupo no apartaba la vista de mi reloj. Era un reloj de pulsera, plano y de esfera ancha que había pertenecido a mi padre. A mí nunca me habían gustado los relojes, pero tras su muerte me acostumbré a llevarlo.
–Me gusta el brazalete que adorna tu muñeca –dijo al fin la muchacha.
–Es un reloj –contesté.
–¿Un reloj?¿Qué es un reloj? ¿Para qué sirve?
–Para fraccionar y medir el tiempo. Para saber en qué momento del día estamos.
–¡Qué raro! ¿Y para qué necesitas saberlo?
Le expliqué que nosotros dividíamos el día en veinticuatro horas.
–Así, por ejemplo, si te despiertas antes del amanecer y miras el reloj, sabes cuánto tiempo falta para levantarte.
Ella sonrió.
–A mí me basta con mirar el color del cielo –dijo. Y sus palabras encontraron eco entre la mayoría de los allí reunidos.
Poco después de esta conversación, nos acostamos. La caravana debía partir temprano y todos estábamos cansados.
Al amanecer, cuando ultimaban los preparativos, busqué a la adolescente –la reconocí de inmediato recogiendo una de las tiendas– y le regalé el reloj.
–Es muy bonito –dijo–. Siempre lo llevaré conmigo.
Pensé que a mi padre le hubiese gustado que aquel reloj que le había acompañado durante la mayor parte de su vida, sirviera ahora de pulsera en un mundo donde el transcurrir del tiempo no estaba fragmentado.
esa chica no se sabe poner el reloj o es contorcionista.
ResponderEliminarNo, la imagen está al revés.
Eliminarcon razon jajaja
Eliminar¡No me había dado ni cuenta!
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