Conozco a una persona que lleva el mismo reloj desde hace muchísimos años, le agrada, consulta la hora con él, y no se lo quita vaya al evento o acto público al que vaya. Incluso trabaja en duras tareas con ese reloj. A veces me dice que, simplemente, le gusta. Sin más.
Muchos de nosotros, a medida que crecemos hemos sido más exigentes, hasta llegar a unos extremos en los que llegamos a ver en un reloj completísimo de Casio los más mínimos defectos. Encontramos algo que nos desagrada, incluso cosas incompatibles entre sí: queremos muchos sensores, pero que no consuma batería; hora en todos los modos y multitud de información, pero con una gran pantalla; muchas alarmas, que suenen muy alto, pero resistencias al agua de 200 metros y con un cristal mineral cuanto más grueso mejor...
Creo que a veces deberíamos dejar de darle tantas vueltas a determinados modelos, y recordar cómo comprábamos esas cosas cuando éramos niños. Y lo hacíamos sin darle tantas vueltas, simplemente porque nos gustaba, y está. Pegábamos la nariz al escaparate de la tienda y nos ilusionábamos con aquel reloj simplemente por eso: porque nos atraía. No mirábamos y remirábamos sus especificaciones, no le buscábamos las vueltas a su manual ni andábamos con tantos remilgos. Queríamos el reloj porque nos atraía, y punto.
Reconozco que eso es lo que me ocurre con los DW-5900. Su módulo es claramente mejorable, su display de dos líneas, minimalista a más no poder (fijaros, hasta la fecha está pegada en una única línea), pero no es cabeza de lo que hablamos. Es corazón.
¿De qué te sirve el mejor reloj del mundo, que lo tenga todo, que te informe de todo, si luego simplemente "no te va"? ¿No te pega? ¿No te ilusiona? ¿No se amolda a tu estilo ni a tus gustos?
Hace poco me encontré en un Cash Converters un GPR-B1000. Me llevé las manos a la cabeza. Alguien había gastado 600 euros en un reloj que lo tiene todo, que sería un sueño para cualquiera, con todo tipo de información, y encima GPS y Tough Solar. ¡Y lo acabó malvendiendo!
Esto lo saben muy bien los amantes de los relojes mecánicos. La mayoría de esos relojes son, en esencia, iguales: igual su movimiento, con pocos alardes... Podríamos decir que esas personas compran el mismo reloj una y otra vez. Y sin embargo hay quienes compran varios modelos porque aunque por dentro sea el mismo reloj "que solo da la hora" (y eso si tienes suerte y no te llega mal ajustado), la estética cambia totalmente. No se dedican a darle vueltas a que si lleva eso o lo otro, porque todos montan - más o menos - lo mismo.
Y comparados con esos relojes, los nuestros digitales, cualquier digital o ana-digi, ofrece muchísimo más.
Pienso que en estos tiempos en donde casi todo el mundo lleva "un laboratorio" en su smartphone con apps para salidas y puestas de sol, posiciones lunares, cambios de estación, GPS, sensores, podómetros, termómetros, y un larguísimo etcétera, ¿por qué no buscamos que el reloj nos guste estéticamente, sin más, y dejamos de darle vueltas a si tiene esto o aquello? ¿Por qué no volvernos un poco niños, y elegir ese modelo simplemente "porque sí", porque nos gusta, sencillamente? Lucirlo porque nos alegra, porque nos agrada, porque nos gusta verlo, ponérnoslo porque es algo que nos resulta atractivo, sugerente y seductor, sin tener que rompernos la crisma sobre características extrañas o complicadas.
Deberíamos dejar de ser tan críticos, y llevar ese reloj porque disfrutamos con él. Si nos gustan los gráficos de mareas, porque lo tiene; si nos gustan los barómetros, porque lo lleva; y si nos gustan sus formas, colores e imagen, porque nos parece bonito. Así sin más. Dejar un poco de buscarle las cosquillas sobre si tiene esto pero le falta lo otro, o si está construido de esta o de aquella manera.
Porque sino, acabará por no gustarnos ninguno, no disfrutaremos de ningún reloj, y acabaremos por encontrarles defectos a todos ellos. Disfruta de ese reloj, da igual como sea, da igual lo que tenga, disfrútalo porque te lo ha regalado esa persona querida o porque te has enamorado de él. Así de simple. Porque el corazón tiene sus razones, que la cabeza no es capaz de comprender, y no podemos explicarle lo que es enamorarse a primera vista de un reloj, y llevarlo por placer. Simplemente, si te gusta, quédatelo y lúcelo, y deja de buscarle peros.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Muy buena reflexión. Lo principal es que el reloj te guste, lo demás es secundario aunque también valorable. En mi caso tanto en digitales como en automáticos tengo repetidos módulos y calibres, pero el reloj me gusta y la "maquinaria" también.
ResponderEliminarLlevas toda la razón, hay que volver a ser niños. Ahora ningún reloj te encaja. Cuando era niño, le decía a mi padre el reloj que quería y luego él venía con el que a él le parecía (mi padre no sabía de relojes, de hecho nunca llevaba reloj y te decía la hora con cinco minutos de error) y aún así alucinaba y era para mí el reloj perfecto y ahora ni siquiera siendo el reloj perfecto estás feliz. Ahora lo veo con mis hijas, en los Reyes, por ejemplo, cualquier cosa " es justo lo que yo quería".
ResponderEliminarTotalmente cierto, de niño me regalaron muchos relojes que yo no elegí y me encantaban
EliminarMuy buen post.Muy reflexivo.Como nos complicamos la vida con tonterías.El post es magnífico.Refleja perfecto el modo que andamos por la vida.Siempre sacando punta al lápiz,en todo.Relojes y todo tipo de cosas.
ResponderEliminarEn vez de disfrutar de ellas, porque si y punto.Tal como indica el post.
Reloj perfecto para nosotros,no habrá nunca mientras no volvamos a ese espíritu de niños de antes.Que cierto.
El F91 es dios al lado de cualquier reloj, le demos las vueltas que le queramos dar
ResponderEliminarLa verdad es que Casio viene haciendo -en líneas generales- malos diseños desde hace décadas. Tanto en los módulos como a nivel estético. ¿Cómo puede ser, por ejemplo, que no tengamos el día de la semana (¡y -¿por qué no?- el mes!) en ESPAÑOL en las series F, W, A, B...? El español ya es el segundo idioma materno más hablado del MUNDO, sólo superado por el chino.
ResponderEliminarExcelente reflexión. Los relojes nos gustan, así que, qué mejor cosa que simplemente disfrutar de ellos?
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